1° de Mayo 1886- 2012,
Tiempos de Resistencia.
“Hoy primero de Mayo de 1890 se invita a todos los obreros de Montevideo a asociarse a la huelga universal. Se os invita para la protesta contra la explotación del “Hombre por el hombre”, el día primero de Mayo a las 2 de la tarde. Punto de reunión: la cervecería de Giambrinus, frente al cementerio inglés, calle 18 de julio equina Olimar.”(…)
La primera convocatoria.
Esta fue la primera convocatoria que se realizó en Montevideo en memoria de la lucha de los compañeros asesinados en Chicago, en el marco de la primera jornada internacional conmemorada por los obreros en todo el mundo.
Hoy a 122 años de esta convocatoria los obreros de nuestro país y del mundo siguen marchando por las calles en recuerdo de las luchas de ayer y luchando por el fin de la explotación del hombre por el hombre, buscando la consolidación de un mundo más justo y solidario.
Aquel primero de Mayo de 1886 donde se iniciaba una sangrienta lucha por las 8 horas de trabajo que dejo como saldo un centenar de heridos y detenidos, también fueron asesinados 6 trabajadores. Más tarde morirían en prisión 8 compañeros, de los cuales 4 serian ejecutados mediante la horca el 11 de Noviembre de 1887.
Estos hechos inmediatamente dejaron huellas en los obreros del mundo, los cuales en medio de su proceso y hasta el día de hoy, mantienen vivo al Primero de Mayo como una fecha de lucha y pelea, donde las reivindicaciones actuales de los obreros se entremezclan con el recuerdo y la memoria viva de aquellos compañeros que lo dejaron todo por exterminar las injusticias.
Los sucesos de Chicago.
Luego de lo ocurrido en Chicago hacia 1886, principalmente la dura lucha sostenida por los trabajadores en reclamo de las 8 horas de trabajo, los obreros del mundo comenzaron a hacer eco de este reclamo, principalmente en Europa y América Latina, entre estos países vemos las repercusiones del Uruguay.
En 1888, un año más tarde de lo sucedido en Chicago, los militantes anarquistas de Montevideo hacen público un manifiesto mencionando el hecho y reivindicando lo mismo por lo que luchaban los obreros en Chicago, la reducción de la jornada laboral. Dos años más tarde, si bien no se dejó de realizar acciones en repudio a estos acontecimientos, en 1890, son los tipógrafos los cuales en medio de una serie de movilizaciones en reclamo de la disminución de la jornada laboral a 7 y 8 horas según el turno de trabajo, vinculan su lucha con los reclamos en otras partes del mundo y teniendo como referentes claros a los Mártires de Chicago.
Por lo tanto y en medio de estas movilizaciones obreras es cuando por primera vez se realiza la primera movilización en repudio a lo ocurrido con los compañeros de Chicago.
Nos encontramos en esta época un Uruguay en una etapa de organización y reorganización de sindicatos, de difusión de ideas socialistas y revolucionarias, una etapa sumamente dura y sacrificada a nivel político para los compañeros. La inmigración en este contexto juega un papel fundamental, primordial, un espíritu solidario y de lucha traen consigo.
En 1895 ya había algunos gremios que habían logrado las 8 horas diarias de trabajo, como por ejemplo los tipógrafos. Pero al mismo tiempo y teniendo siempre presente a los luchadores de 1886, los obreros de las empresas tranviarias de Montevideo iniciaron una huelga en 1901 reclamando 12 horas de trabajo, una huelga que trajo aparejado una brutal represión y a más de 400 trabajadores detenidos.
En 1902 el movimiento obrero continúa su reorganización, pero ahora lo hace de una forma más articulada entre los distintos gremios. Referido a la movilización por el Primero de Mayo de aquel año, se organiza una manifestación convocada por zapateros, cigarreros, conductores de vehículos, panaderos, peluqueros, entre otros gremios ya consolidados, donde los anarquistas organizados tienen una gran participación.
Cuenta una fuente de la época: “La columna calificada de imponente… partió de la Plaza Sarandí, para recorrer Agraciada, Rondeau, Plaza Libertad, llegando por 18 de julio hasta la Plaza independencia… más atrás la banda de música y portaestandartes con banderas del gremio de panaderos y la del Circulo Internacional (…) Prohibida la parte oratoria, el discurso improvisado de un dirigente obrero en la Plaza dio lugar a su detención y posterior liberación (…)”.[1]
Ya introduciéndonos mayormente en el siglo XX, podemos observar como la FORU desde sus inicios lleva adelante una fuerte lucha por conquistar las 8 horas de trabajo. Hay una serie de reivindicaciones desde su creación hasta la década del 10, donde se exige la suspensión del trabajo nocturno, abolición del trabajo a destajo, contra la carestía de vida, descanso semanal, entre otros reclamos. Reivindicaciones que marcan un camino, sus conquistas van a perdurar en la memoria de la clase obrera y serán un nuevo hito que marcará a fuego la historia de la clase.
En la década del 10 se realizan movilizaciones en recuerdo de lo sucedido en Chicago, en 1911 el día Primero de Mayo se concreta una de las manifestaciones más grandes hechas hasta ese momento. “Alrededor de las 14 horas, miles de trabajadores se reunieron en los alrededores del local del Centro Internacional. A media tarde partió una gran columna de trabajadores del local social por la calle Rio Negro, tomando por Uruguay y luego 25 de mayo para arribar al Muelle Maciel, punto final de la concentración”.
Los discursos centrales se encargaron de destacar la dignidad y la entrega de los obreros ejecutados en 1887 en Chicago, donde también se reclamó la consolidación de este día como el Día de los Trabajadores luchadores del mundo. Este reclamo fue bastante prematuro, ya que recién en 1919 se consolidó esto último, como símbolo a nivel mundial de lucha obrera.
Uno de los sucesos destacables en el marco de este Primero de Mayo es la huelga tranviaria, un conflicto obrero que será sustancial a futuro. Estos obreros padecen muy magras condiciones laborales, trabajan de 10 a 15 horas diarias, sueldos miserables y sin día de descanso. En el mes de Mayo de 1911 declaran la huelga, exigiendo las 8 horas de trabajo, entre otros reclamos.
Rápidamente la FORU realiza medidas en solidaridad con el gremio en conflicto. El apoyo fue casi total de los gremios, 35 de 40 sindicatos de la FORU declaran la huelga general, la cual se inicia el 23 de Mayo. Esta es la primera huelga general de los obreros uruguayos, durante tres días la ciudad quedó paralizada, el gobierno rápidamente busca desarticular la lucha de los obreros por medio de la represión y el hostigamiento.
Al año siguiente, en 1912, se realiza una nueva movilización en Montevideo, destacándose manifestaciones en Canelones, Mercedes, Tacuarembó y Paysandú.
Por otro lado, en Mayo de 1917 se decreta la huelga frigorífica en reclamo de mejoras salariales y de condiciones de trabajo. Es en este contexto que estalla un conflicto obrero en el barrio del Cerro, en los frigoríficos Artigas y Nacional, rápidamente los obreros del ramo se suman al conflicto, fundamentalmente los trabajadores del Frigorífico Montevideo. Seis mil obreros se movilizaron en este momento, el barrio brindo su apoyo solidario, tal como sucedió en la década del 70 y desde la conformación de la Columna Cerro- Teja en 1983, siempre el Cerro y La Teja brindando su apoyo solidario y combativo con los que dan batalla.
Estos hechos nos muestran como las lucha de los Mártires de Chicago no fueron solo historia, sino que el recuero de estos debe realizarse por medio de la lucha, mencionarlos, recordarlos, solo se debe hacer por medio de la lucha y la solidaridad con aquellos que la pelean por arrancar mejoras, por la conquista de un mundo nuevo, sin injusticias, ni explotación.
Lucha y realidad actual.
En la actualidad, se ha buscado vaciar de contenido y significación el 1º de Mayo, que para algunos es tan solo un día feriado, no laborable, festivo, y no un día de lucha, de recuerdo. Mucho han hecho las fuerzas enemigas, con ayuda del reformismo izquierdista, tratando de robarle al 1º de mayo su potencial revolucionario, su mensaje de cambio, de sociedad nueva. De todas formas, los obreros del mundo año a año van imponiendo esta fecha de luto y de lucha por los que cayeron ayer y por las luchas de hoy, buscando a diario la consolidación de un mejor mañana.
Alberto Parson, tipógrafo, fue uno de los sentenciados a horca en Chicago en 1887, antes de su ejecución planteaba: “Yo como trabajador he expuesto los que creía justos clamores de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad y a disponer de los frutos del trabajo.
En los veinte años pasados mi vida ha estado completamente identificada con el Movimiento Obrero en América, en el que tomé siempre una participación activa. Se nos ha acusado ostensiblemente de asesinos y se acaba de condenarnos como anarquistas. Pues bien: yo soy anarquista.
¿Creéis que la guerra social se acabara estrangulándonos bárbaramente? ¡A no¡ Sobre vuestro veredicto quedará el del pueblo americano y el del mundo entero. Quedará el veredicto popular para decir que la guerra social no ha terminado por tan poca cosa!”.
Luis Lingg: “Yo repito que soy enemigo del orden actual y repito también que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras aliente. Os reís probablemente, porque estáis pensando: ya no arrojaréis más bombas. Pues permitidme que os asegure que muero feliz, porque estoy seguro que los centenares de obreros a quienes he hablado recordarán mis palabras, y cuando hayamos sido ahorcados ellos harán estallar la bomba. Os desprecio; desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad.
¡AHORCADME!”.
[1]MECHOSO, Juan Carlos; “Acción Directa anarquista. Una Historia de FAU. Tomo I, Raíces 1870-1940”. Ediciones Recortes. 2011. Montevideo.