No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada…
Adiós, hermanos, camaradas, amigos.
Miguel Hernández
Hasta luego Momo, hasta el recuerdo siempre. Sí, es frecuente que digamos: “hemos perdido a un ser querido”. No está mal pero no está bien del todo. Así como de la misma manera cuando llega la que no quiere a la vida, la cruel muerte, y nos quita a entrañables compañeros, decimos dolor, mucho dolor. Sí, ya casi es término que se fue desgastando. Nos invade un sentimiento, una angustia, que contiene todo un espectro de cosas: recuerdos y recuerdos que caminan por el vacío, distintos momentos, envueltos en eso que llamamos dolor. Pero es algo más y tiene vida: es presencia en la memoria y los sentimientos.
Hoy nos toca experimentar esos sentimientos complejos. Ha muerto un querido compañero: Daniel “Momo” Sosa Quispe. Fue asesinado por ese inmundo virus que este más inmundo sistema capitalista ha creado en su funcionamiento brutal y criminal.
Vimos al Momo casi desde su adolescencia transitar por distintas actividades sociales, muchas vinculadas directamente a nuestra Organización. Era un tiempo muy específico, todavía se vivía en parte lo que significaba la caída de la asesina dictadura que duró más de una década. El pueblo luchaba, ahora, preferentemente por recuperar tantas conquistas perdidas. Los gobiernos llegaban para hacer, como siempre, los mandados a los poderosos y si no había lucha no había recuperación de campos sociales que con sacrificio y sangre habían logrado los y las de abajo. Una larga historia que se repetía.
Llegó de la mano de su padre, el querido compañero Alcides, cuando era apenas un adolescente. Digamos de paso que Alcides era un militante de FAU del medio sindical. Tenía la profesión de panadero. Hacía honor a aquellos viejos sindicatos de acción directa que tantas páginas de combatividad y esperanza de un mañana mejor dejaron estampadas en su acción de enfrentamiento al sistema enemigo de los pobres del mundo. Durante años fue, junto con Andrés Medina, integrante de la Comisión directiva del gremio e impulsor constante de actividades que a veces ganaban las calles.
El querido compañero Momo, en un primer momento fue regularmente por el local de FAU, estuvo presente en actividades generales y charlas sobre diversos temas que allí se daban. En ese momento también se integra a una forma orgánica: las Juventudes Libertarias de FAU. Fue activo en la actividad anti razzia, esas razzias que los milicos llevaban adelante a palos contra los jóvenes.
Poco después se hace frecuente su presencia militante en el Cerro. Colabora con la actividad del “Comedor Infantil del Cerro”, hoy Ateneo. Esta actividad venía del tiempo de la dictadura. Además de la urgencia que encaraba, la miseria había crecido mucho, fue también una manera de encuentro social y político de quienes luchaban contra la dictadura.
Colaboró en una campaña de finanzas que se realizó con la finalidad de mantener actividades sociales como el Comedor, y de propaganda general. En esa época trabajaba en forma autogestionaria con su padre en el Cerro en el rubro panadería. Alcides había quedado desocupado y de hecho en la lista negra de las patronales de panadería. Hacían pan, roscas, empanadas que vendían en la zona para poder parar la olla. Por sus diversas actividades fue conocido en diversos barrios populares, el Cerro fue uno de ellos.
Poco después militó en la actividad social que llevaba adelante la Agrupación las Acacias. En el merendero para niños tan necesario en ese momento en ese barrio tan cascoteado y en una Radio Comunitaria llamada “La Esquina”. También concurría regularmente a los actos de charlas y debates que allí se realizaban. Recordamos especialmente la charla que se dio sobre el querido compañero “Gauchito” Idilio de León en octubre de 1999 en la que estuvo presente el cantor popular “Canario Luna”.
En las distintas actividades de FAU, actos callejeros, ya en el 1º de Mayo, por Sacco y Vanzzetti o en solidaridad con actividades de desaparecidos o luchas gremiales, el Momo siempre estaba presente. Igualmente no faltaba a instancias de camaradería.
Su sentimiento libertario y relación con FAU fue de siempre. Pero el Momo tenía otras cosas que lo atraían y a las que dedicaba algún tiempo. Su carácter, formado bien en el abajo, era cordial en su relación con amigos y compañeros. Bromista, “bandido”, dado al intercambio de opiniones y siempre bien dispuesto. Familiero, cariño profundo con sus hermanos. Tuvo un grupo de Rock con su hermano Gustavo y otros, después un grupo de candombe, pues le tiraban mucho las lonjas, disfrutaba con ello. Destinó tiempo también al karate, cosa que igualmente le agradaba, y terminó finalmente con el cinturón negro.
No solo fue conocido y tuvo buena relación con los compañeros y compañeras de aquí sino que también eso ocurrió en Brasil, especialmente en Porto Alegre. Lo recordamos en una de sus últimas relaciones allí: concurrió al 20 aniversario de la Federación Anarquista Gaúcha junto con el cantor libertario Chito de Melo. Hizo de chofer en ese largo recorrido trasladando a varios compañeros que iban a manifestar su solidaridad y apoyo a FAG.
Recientemente encaró una actividad que se vincula con los Derechos Humanos. Referida a parte de las bestias que torturaron, asesinaron, violaron y desaparecieron compañeros. Además de reprimir brutalmente a la población durante años. Peñarol era el cuadro de sus amores, allí fue uno de los que empujó lo que se llama: “un gol a la impunidad”. Esta actividad es en repudio a toda esa acción asesina que hicieron los monstruos que conocemos, esas, que básicamente ha quedado impune tras ayuda varias de distintos mecanismo del sistema y grupos gobernantes. Hay en Peñarol hay socios vitalicios y se encuentran entre ellos nada menos que Gavazzo y Cordero. Piden su inmediata expulsión expresada con la bronca correspondiente.
Momo compañero, te decimos nuevamente hasta luego, pues siempre estarás en nuestros mejores recuerdos.
