3 – Una historia de FAU para pisar el presente, Juan Carlos Mechoso.

Salud compañeras y compañeros

Son muchos los recuerdos, son bastantes.  Para mí ha sido un orgullo el haber pertenecido a esta Organización. El haber podido convivir militantemente en este largo trayecto con distintas generaciones. Estar en un colectivo consecuente, donde se aplicaba lo que se acordaba, llevando siempre adelante prácticas de intención revolucionaria en pos de socialismo y libertad.

Recuerdos que contienen alegrías y dolores militantes. Y justamente antes de seguir adelante quiero mencionar algo sobre dolores que recientemente nos golpearon duro. Se nos fueron compañeros que ahora mismo queremos recordar:  Ricardo Capano, al petiso WashingtonLa Paz,  Alcides Sosa, yla Petisa CeciliaUribarri.  Expresemos todos con un aplauso nuestro cariño y reconocimiento militante para todos estos queridos compañeros.

Trataremos de reiterar en un breve repaso algo de la historia de nuestra Organización. Sí,  fue en octubre de aquel 1956 que se fundó la FAU.  Surgía de esta forma nuestra FAU como intento de los anarquistas uruguayos de organizarse políticamente.  Por el momento en que se constituye debe  actuar en un país y en un continente que comienza a verse sacudido por la crisis y al mismo tiempo por la profundización de la lucha popular.

Pues en el contexto en que nace están las duras luchas anticoloniales y en lo nacional la fuerte crisis económico-social. Es Momento aquí en el que hace agua el modelo llamado “sustituto de importaciones” y en el que se va terminando el populismo de Luis Batlle.  Los conflictos obreros van en aumento y muchos de ellos tienen buena dosis de combatividad.

Desde el Ateneo Libre la militancia de FAU impulsa un planteo que realizan compañeros que militan en la Federación de la Carne para un llamamiento a concretar un organismo único para la clase trabajadora. Convocatoria que se realiza y que en un primer momento tiene bastante éxito y que dejará sus efectos positivos.

Momento también donde la ingerencia imperialista, especialmente la de Estados Unidos, se hace cada vez mayor y enfrenta crecientes resistencias. Está la reciente instrumentación yanqui de golpe de estado contra los planes de reforma en Guatemala. Son también los años de la «guerra fría», de la invasión a Hungría por las tropas rusas (que arrasa con cualquier expectativa sobre eventuales transformaciones del sistema luego de la muerte de Stalin), de la intervención franco-anglo-israelí como respuesta a la nacionalización del Canal de Suez y de las triunfantes guerras de liberación contra el colonialismo en Africa y Asia.

Tiempos revueltos se decía por entonces y hoy el término vuelve a repetirse. Pues tenemos ahí a pueblos que en diferentes partes del mundo se levantan, ganan las calles y dan peleas. La llamada primavera árabe y unos años antes varios pueblos Latinoamericanos.

Por ejemplo los levantamientos de tipo insurreccional en Bolivia. Hoy los llamados Indignados, están también en los propios países llamados desarrollados: Europa y EE.UU. De estos levantamientos populares se destaca especialmente el M15 en España. Entonces tiempos revueltos ayer y hoy. Pueblos que no están quietos ni aceptan ningún fin de la historia.

Regresando a nuestra historia. Es entonces que a la FAU que surge, la integran militantes que son conscientes de que su actividad se debe desarrollar en un continente y en un país con las características específicas de lo que comienza a ser llamado Tercer Mundo. Nuestra militancia tiene presente el momento histórico, el nuevo contexto en el que debe desarrollar su acción, la necesidad que ello conlleva de ubicar los problemas de ese tiempo, con cabeza propia, para operar en consecuencia. Sabe que las vaguedades vacías no producen operatividad efectiva. Por eso lo primero que realiza es un análisis de la situación general y particular de este momento que le toca vivir.

Hay, al mismo tiempo,  especial interés y  preocupación por la relación con el mov. libertario latinoamericano y por lo que está trascurriendo socialmente en nuestro Continente. De ahí la convocatoria de la Conferencia Americana de 1957. Igualmente, en lo general, la prioridad por nuestra inserción a nivel de nuestro Continente.

Y hay algo que vale la pena mencionar.  Como se descartan desde un inicio  los caminos cortos, los pragmatismos, las conciliaciones de clase. Ante los acontecimientos que conmueven la situación nacional e internacional la Organización dice en 1957: “Sin pretensiones hegemónicas, sin sectarismos excluyentes, nuestro movimiento aspira a impulsar todo esfuerzo constructivo, ocupando posiciones de lucha con planteos y soluciones propias…

Sostenemos que para terminar con las dictaduras, negligencia, despilfarro y dependencia en que languidece la América Latina, se necesita una transformación social de fondo, en el sentido de un auténtico socialismo y una verdadera libertad.

Nuestras posiciones no resultan tan cómodas. Exigen de todos, y cada uno un alto sentido de responsabilidad, una actitud permanentemente combativa y vigilante, indudablemente mas dura, si se quiere más sacrificada, pero a la vez única verdaderamente positiva, para a la vez ir creando en el pueblo las condiciones anímicas, psiquicas, morales y materiales que habrán de llevarlo al establecimiento de un nuevo orden social donde la seguridad, la justicia y la libertad, puedan ser, realidades imaginables”.

Era el concepto de una estrategia de trabajo militante en pos de crear un pueblo fuerte. Una y otra vez se puso el acento en este concepto pilar de Pueblo Fuerte. Veamos unos fragmentos del artículo que justamente lleva por título: “Por la acción directa se forja un pueblo fuerte. Nos dice: “Integrados a una estrategia continental imprescindible, es nuestro deber tener bien claras las características específicas de nuestra situación y de nuestra tarea en el Uruguay… Pues se trata, con métodos eficaces, de organizar la resistencia en todas partes contra el enemigo imperialista y de clase; de desarticular así en las ciudades y el campo su política de agresión y sometimiento; de ir creando así las condiciones para el tránsito hacia el socialismo y la libertad.

Por ello la vigencia cada día mayor de esta orientación. En lo grande y en lo chico. Al corto y largo plazo. En toda América Latina, sin una sola excepción. Dentro de topografías diversas y marcos sociales distintos. Ahora nuestra tarea tiene grandes perspectivas. Pero no es una lucha de tiro corto, el proceso no admite ilusiones inmediatas. Por eso mismo, por el carácter previsiblemente prolongado del proceso, por su también previsible dureza, es necesaria con más razón una orientación consecuente”. Así, se pensaba y se piensa, de que es la forma de forjar un pueblo fuerte.

A este concepto se le anexaba otro que sugería tener la cabeza abierta dentro del marco de la consecuencia con una línea de intención revolucionaria. Una actitud que reaccionaba contra  las recetas, decía en 1957: “Vendrán fenómenos sociales, vendrán procesos populares que hoy no nos podremos quizás imaginar. Debemos siempre estar alertas y abiertos para comprender los nuevos acontecimientos. Que nuestra acción nunca se desvincule con lo que está ocurriendo. Sin modas pero sin dogmatismos”. Junto a esto se reafirmo constantemente un antiimperialismo anticapitalista y la firme convicción de una auténtica postura a favor de la autodeterminación de los pueblos. Dicho sea de paso, nada de pedirle a EE.UU. ayuda para solucionar problemas de puentes cerrados.

Con estos y otros lineamientos políticos nuestra organización va participando en los hechos sociales que transcurren.

Se participa en grandes movilizaciones del momento. En las importantes y variadas huelgas obreras y en experiencias inéditas como las de 1958: FUNSA ocupada y produciendo bajo control obrero.

La lucha por la Ley orgánica universitaria que tuvo gran apoyo del medio popular, especialmente de todo el movimiento obrero que se congreso como Plenario de Organizaciones Obreras. En relación a esta movilización se realizó el acto popular más grande de ese periodo.

Otro acontecimiento de relevancia es el de los frigoríficos cerrados y la lucha por reabrirlos bajo colectivización obrera. Donde toda una barriada como el Cerro y La Teja estaban prendidas a esta esperanza. Luego vino la distorsión de este anhelo y la salida no fue la esperada.

Digámoslo rápidamente. Tenemos aquí, en el medio de esta agitación obrero-popular las elecciones nacionales. Viene el cambio de gobierno. Pierde el Batllismo ganan los Blancos.

A fines de 1958, en   los albores de 1959, América Latina se verá  sacudida por el triunfo de la revolución Cubana, a la que la FAU brindará  su apoyo crítico como expresión, precisamente, de nuestro apoyo y participación en la lucha antimperialista latinoamericana.  Igualmente del método de acción directa que ha practicado y el socialismo que anuncia esta revolución.

Tenemos dificultades internas en 1963 que fueron rápidamente superadas.

Fue justamente en ese año 1963 que ante la condena a garrote vil de dos compañeros anarquistas españoles por la dictadura de Franco, los militantes Joaquín Granado y Francisco Delgado, se tomó el consulado Español que estaba frente a la Plaza Libertad. Desde los balcones de ese antro se enarbolaron la bandera de la CNT española y revolucionaria y también un banderín de las Juventudes Libertarias traído por militantes españoles.

La Organización mantuvo una actividad regular y fue en aumento su incidencia político-social desde 1956 hasta los primeros años de la década del 70.   Participó activamente en la fundación de la CNT. Coordinó internamente y con otras fuerzas su participación en el importante Congreso del Pueblo. Hizo el llamamiento para la creación de la Tendencia Combativa. Integró el Coordinador, organismo con planteos de lucha armada, con organizaciones como MLN, MIR y otros.

Participó, junto a otras fuerzas políticas, en un diario de cierta relevancia: «Epoca» Diario que expresaba a la izquierda de tono combativo y que estaba en búsqueda del camino revolucionario.

En diferentes momentos recibió golpes de la represión siendo una de ellas el decreto que ilegaliza a FAU junto a otras organizaciones en 1967.

Desde entonces y hasta 1971 la FAU realizó su actividad desde una situación de clandestinidad. En este periodo alguno de sus locales clandestinos cayeron y algunos de sus militantes tuvieron que actuar totalmente en la clandestinidad pues aparecían públicamente requeridos. Por momentos tuvo a más de la mitad de su Junta Federal detenida en cuarteles.

La FAU que ya había logrado desarrollar formas organizativas y de actividad clandestinas y semi-clandestinas, logró  mantener su funcionamiento; ya en los distintos sindicatos donde nuestros militantes actúan, en los organismos de dirección de la CNT, en el movimiento estudiantil, en tareas políticas, en actividades de acción directa armada, en la lucha ideológica contra el reformismo y el colaboracionismo obrero. Esto fundamentalmente expresado por el Partido Comunista.

Logra sacar y distribuir, durante esos años de clandestinidad, su prensa semanalmente: «Cartas de FAU».

También en condiciones de clandestinidad realiza eventos internos consultivos y resolutivos, incluso cambios en su Consejo Federal.

De no menos importancia es la discusión y acuerdos puntuales con otras fuerzas revolucionarias; manteniendo nuestra independencia ideológica y política.

Es de destacar que en este periodo, la Organización tiene un importante crecimiento.

En 1968, ya en la clandestinidad, después de una decisión orgánica que previamente realiza evaluaciones estratégicas, a iniciativa de nuestros militantes, distintos grupos obreros y estudiantiles dan vida a la ROE (Resistencia Obrero-Estudiantil). Organismo que actuará con amplitud poseyendo una clara matriz libertaria. En la ROE actúan militantes de FAU con distinto grado de responsabilidad en la dirección de sindicatos tales como industria del caucho, gráficos, bancarios, fábricas de gas, puerto, industria metalúrgica, textiles, industria química, refinerías de petróleo, transporte, sanidad, industria alimenticia, ferrocarriles, empleados de la Universidad, etc. Estudiantes de Secundaria, con fuerza fundamentalmente en Magisterio y núcleos en algunas Facultades, como por ejemplo: Humanidades, Medicina y Derecho.

Dejaremos por el momento aquí las consideraciones sobre ROE pero volveremos después a destacar algunos aspectos que estimamos resultan de importancia para el hoy.

El peso de la Organización en el movimiento obrero y popular reviste importancia. Marca una línea de trabajo combativo y cuestionador del sistema. Fue puntal del trabajo de Tendencia que nucleará a los partidarios de formas de trabajo no burocráticas, participativas y movilizadoras. No descuidó la polémica con el reformismo, fundamentando permanentemente el porque de su accionar político distinto.

Paralelamente a la actividad obrero-popular, a determinada altura, actuará la OPR (Organización Popular Revolucionaria), aparato armada de la FAU que llevará  adelante con bastante buenos resultados una serie de acciones (sabotajes, expropiaciones económicas, secuestros de dirigentes políticos y patronales particularmente odiados por el pueblo, apoyatura armada a huelgas y ocupaciones de fábricas, etc.). La FAU inserta su acción armada en una óptica política e ideológica muy distinta a la de la mayoría de los movimientos de liberación latinoamericanos, en gran medida influenciados por lo que se llamó la teoría del «foco guerrillero».

Se establece para el aparato armado sólo autonomía táctica, todos los operativos político-sociales son resueltos por la instancia política global. Se estima que su desarrollo y el tipo de violencia que ejecute deben guardar relación con el desarrollo de la lucha global del movimiento obrero-popular en el país.

Se procura evitar niveles de violencia que queden fuera de contexto y aislen.

Al mismo tiempo se toman una serie de medidas de funcionamiento para prever y evitar deformaciones «militaristas». Y para combatir toda cultura de obediencia. Se realiza una planificada tarea cultural a nivel de los militantes de OPR que procura el desarrollo de un pensamiento reflexivo. A esta actividad se le llamo en lo interno “La escuelita”.

Ha esta altura hay en el país ya instalada una dictadura constitucional. El movimiento obrero-popular responde ante quite de libertades y derechos. Organizaciones de combate marcan cierta presencia. Es todo un periodo de fuerte represión y de enfrentamientos sindicales y populares. Entra el Ejército en escena y hegemoniza la represión. En diferentes lugares, también en el Parlamento, hay denuncias de brutales torturas en los cuarteles.

A esta altura tenemos compañeros de la Organización requeridos y presos.

Las llamadas “Fuerzas Conjuntas” (Ejército y policía) suman a su labor de represión física una labor de tipo ideológico, tratan de difundir confusión y miedo a través de sus siniestros comunicados, especialmente el de la noche.

En dos o tres meses la represión prácticamente desmantela el MLN (Tupamaros).

En los años que preceden a la dictadura FAU también recibe nuevos golpes: compañeros muertos, presos y torturados. Pese a ello su estructura fundamental no es afectada de consideración. El entorno social se complica. El temor que causa la constante caída de militantes del MLN cierra puertas y espacios.

En un marco inseguro y de descenso de las luchas, con eminente amenaza de dictadura, la Organización evalúa la situación y considera necesario una serie de medidas.   Se estima que la Organización debe tomar las medidas pertinentes que permitan durar en el tiempo. “Durar haciendo, durar luchando” se dirá por ese entonces.

En Junio de 1973 con la implantación de la dictadura militar, se completa el proceso de tiranización del país en un continente marcado por la presencia de dictaduras militares en Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, etc. Ya en ese momento centenares de presos políticos pueblan las cárceles de Uruguay, la mayoría de las organizaciones revolucionarias han sido diezmadas. La FAU vuelca todos sus esfuerzos en la huelga general que durante quince días paralizará  el país.

En parte del año 73 y durante 74 y 75 la Organización desarrolla también una importante labor desde la Argentina. Apuntalando el trabajo en Uruguay, logrando allí los medios materiales necesarios para sostener una larga resistencia.

Pero la situación argentina se deteriora rápidamente. En setiembre de 1976 los militares toman el poder e instauran allí su dictadura. Acorralados por la represión de los servicios especiales del ejército argentino y del uruguayo, una cincuentena de compañeros caen.

Muchos son asesinados o “desaparecidos”  luego de soportar indescriptibles torturas, otros son condenados a muchos años de prisión.

Más adelante pese a los golpes recibidos se reorganizará  la FAU en las espaldas de compañeros expresos, exiliados y de nuevas generaciones militantes que han surgido luchando contra la dictadura. Es la continuidad de nuestra FAU hasta nuestros días.

Dejemos algo claro. Por supuesto que no todos fueron aciertos. Fuimos desarrollando nuestro accionar con aciertos y errores, como todo el que hace, como el que se mete en la que duele, como el que quiere estar en el esfuerzo de poner siempre los pies en el presente aunque su estrategia se proyecte al futuro.

Dijimos antes que agregaríamos algunas consideraciones más sobre la ROE. Sí, fue una decisión de la Organización para ampliar su trabajo en el medio obrero-popular. Con miras a un accionar sistemático. Pero esto se pensó vinculado especialmente a la forja de un pueblo fuerte. Se procuraba así la creación de una instancia que nucleara lo combativo con una concepción de independencia de clase y que a la vez fuera construyendo una fuerza de alternativa tanto ideológica como social-política. Una resistencia que fuera procesando una propuesta de cambio de las relaciones sociales existentes.

Ese mismo espíritu de ROE, adecuado a las condiciones históricas presente, tiene plena vigencia. Hoy más que nunca se requiere un organismo popular con independencia de la trama institucional capitalista y donde quepan todos los oprimidos. Donde la resistencia y los ojos puestos en un futuro anticapitalista agrupe a los diversos sectores sociales, dentro de los cuales pensamos en un sitio de primordial importancia para el movimiento obrero. Pero la de un movimiento obrero clasista y no orientado para insertarse al sistema y realizar el desarme moral de los de abajo.

No se veía, como tampoco hoy se ve, analizado las cosas con el rigor necesario, ninguna salida a favor de un mejoramiento progresivo y relevante de los trabajadores y el pueblo por la vía de los mecanismos e instituciones del sistema. Bien se sabe, todos esos mecanismos, en lo fundamental, están hechos para el funcionamiento y desarrollo de los de arriba y para oprimir y explotar a los de abajo.  Para graficarlo es ese 1% que hoy se está mencionando como el poseedor de las riquezas a nivel mundial con todas las implicancias de poder que ello tiene.

Así es que hoy después que ha pasado tanta agua por debajo de los puentes vemos que aquellos afirmaciones, desgraciadamente, se confirma con creces. A todas luces: brutal, opresor, explotador, sangriento es el sistema capitalista. Su expresión en el plano imperialista ha regado de miseria, sufrimiento y sangre a los pueblos de la mayor parte del mundo.

Sin ir más lejos tenemos hoy aquí mismo una muestra de horror de este miserable sistema y de la acción de sus sicarios.

El sistema y sus ejecutores: torturadores, asesinos, secuestradores de niños, desaparecedores de luchadores, violadores. Ese cadáver con cal, seguramente de algún querido compañero, marca el alma misma del sistema que tales bestiales produce.

Ya no caben dudas, no podemos engañarnos ni engañar a nadie. Las propuestas que intentan insertarnos en las redes trituradoras del poder dominante ya se saben a donde van y como termina esa escena. No hay lugar para voluntarismos antojadizos, para la interminable repetición de propuestas fracasadas, a veces algo aggionardas, pero con la misma orientación. Esto, intenciones  aparte, solo condujo y sigue conduciendo al abismo. Ofrece solo una peor perspectiva para el futuro. No hay lugar para el engaño o autoengaño, para creer que se pueden cambiar mágicamente dinámicas que tienen un entramado poderoso y una orientación inequívoca.

Se puede decir ¡basta, basta! Ya tenemos una experiencia rica, dolorosa, de esperanzas frustradas, de movimientos y gente que se pasaron para el otro lado del mostrador. También de pueblo que han luchado y pagado con sangres sus esperanzas.

De pueblos, con toda la confusión o mezcla ideológica-política que se quiera, pero que están en la búsqueda y que ya odian, rechazan, no creen, en todo un universo de infamias que identifican con bastante claridad.

Ya fueron, las propuestas y experimentaciones sociales del socialismo real y de las socialdemocracias y sus hermanos menores los progresismos. Fueron ellas las experiencias fallidas del socialismo. De ese socialismo que sigue totalmente vigente como esperanza de alternativa al brutal capitalismo. De ese socialismo que vive en gran parte del imaginario popular, porque de allí surgió su elaboración efectiva como teoría y como comprensión de los mecanismos de opresión.

De las luchas, sufrimientos, esperanzas y sangre de los pueblos es que se instaló esa alternativa por la que vale la pena darlo todo. Pero ya es tiempo de saber que el socialismo no se fabrica con carne podrida. La participación activa de los pueblos es condición necesaria. Para ello una concepción de libertad debe circular por todas las prácticas sociales de los de abajo. Es tiempo de un socialismo libertario.

Así parece, es tiempo de reforzar o construir herramientas fuertes para procesar la ruptura. Herramientas coherentes. Una fuerza social capaz de cambiar estructuras y procesar lo nuevo. Un pueblo fuerte, con objetivos propios y con una organización política en consonancia. Una concepción de Poder Popular coherente.

Nada de esos nuevos pastiches, esas trampas sociales perversas, que nos quieren hacer repetir la historia sin salida con nuevos nombres. No. El Poder Popular no viene de arriba. Se debe construir desde abajo. Son nuevas prácticas las necesarias, son nuevas instituciones lo que resulta imprescindible, son nuevas tramas sociales las que deben entrar en escena. Se debe construir día a día, venciendo obstáculos ideológicos y políticos que ha logrado meter hondo el sistema para tornar inofensivas las resistencias y para anular o matar los sueños de cambios profundos.

El sistema ha sido creativo para ir realizando los cambios en su favor, para reproducirse en diferentes contextos históricos y técnico-científicos.

Los pueblos tienen que serlo para procesar la ruptura de esa red infame de dominación. Por supuesto, las organizaciones políticas que se vinculan a ese proceso de Poder Popular tienen la obligación de una alta dosis de creatividad. Organizaciones políticas que para empezar deben tirar por la borda todo ese bagaje ideológico que en el fondo no es nuestro, que no es de los de abajo: el elistismo, el vanguardismo. Construir la ideología acorde al papel que realmente le corresponde a la organización política: la de modesto pequeño motor que impulsa y está al servicio de ese proceso de ruptura.  Romper con eso de lo niveles superiores e inferiores. Son sólo dos niveles que deben articularse, el social y el político, ambos imprescindibles para la ruptura. Basta de mesías y salvadores, basta de religiones de izquierda, bienvenidas las practicas revolucionarias modestas de las organizaciones que asuman su papel en este momento de la historia y que a la luz de lo visto, desechen tantos trastos viejos que no sirven para museo alguno.

De nuestra parte, vamos entonces por una Resistencia de oprimidos y explotados. Por la ROE de nuestro tiempo. Y acumulemos todo lo que sea posible en ese mismo sentido.

Vamos por una labor de organización ideológica-política de los de abajo en relación con este momento histórico.

Sí, ideológico-político expresamente. Pues en determinados momentos históricos se producen con peso un conjunto articulado de ideas, representaciones, nociones en el interior del imaginario de los distintos sujetos sociales. Es muy importante este conjunto articulado de carácter imaginario, que toma la forma de “certezas” y que es defendido por los mismos sujetos sociales.

Esto es lo que puede transformar a estos sujetos en protagonistas de su propia historia o en sujetos pasivos y/o disciplinados por las fuerzas dominantes. A esto lo llamamos de ideología.

Así, la ideología tiene que ver directamente con la constitución histórica de los sujetos sociales, y, con la forma como estos se expresan en la sociedad.  

Nos avisan que es esta la relación entre ideología y producción de sujetos históricos, relación que si no existiera, no habría ni ideología ni sujeto, es así que se van conformando los momentos de vigencia ideológicos.

Y es construyendo fuerza social y tomando activa participación en ella que se pueden formar embriones de la nueva civilización o del “hombre nuevo”, de otro sujeto.

Lo que el sujeto vive y como lo vive cotidianamente, históricamente, en el marco de determinados dispositivos, sería el elemento principal de cambio de su conciencia.

Junto a este concepto de fuerza social, simultáneamente, tiene que  ir el de construcción de poder popular. Pues los estudios que parecen más rigurosos nos indican algunas cuestiones fundamentales a saber: que el poder existe en acciones y por ello circula por todo el cuerpo social. Vale decir por todas las relaciones sociales. Tendríamos así poder en lo económico, jurídico-político-militar, ideológico-cultural.  En relación con determinadas prácticas el poder adquiere importancia también a la luz de la formación de embriones de nueva civilización, en la entramada de diferentes formas de autoorganización o autogestión.

Hay, y esto nos importa mucho, un universo social de lo cotidiano, de prácticas poseedores de determinados contenidos, que es una fábrica de producción de nuevas nociones, resistencias y técnicas de poder popular.

Un conjunto de prácticas enemigas de la inserción al sistema es de capital importancia, pues nos dicen los estudiosos que: “el sistema capitalista penetra muy profundamente en nuestra existencia. Que es un  régimen que se ha visto obligado a elaborar todo un conjunto de técnicas políticas, técnicas de poder, por mediación de las cuales el hombre se encuentra ligado a una realidad producida. Esa realidad que es sostén, reproducción y recreación del sistema capitalista.

Igualmente nuevas investigaciones nos informan de cosas que ya se habían dicho antes. De que desde el Estado capitalista no puede producirse algo tan contrario como el socialismo.

Que el estado no es, simplemente, una ‘maquina’. O algo amorfo.  Es una parte constitutiva del sistema, por cierto que una de las más importantes. La función central del estado, lo que justifica su existencia, es la función de  determinado poder. La función de imponerle al pueblo el acatamiento del orden social vigente. Y que su conformación, su dinámica, es la de proteger y producir privilegios.  Y que justamente solo es apto para ejercer dominación y no liberación.

Es cierto el tránsito hacia una sociedad distinta lo debemos hacer dentro de este sistema. Pero la experiencia vivida indica que hay medios, orientaciones, uso de instrumentos, utilización de instituciones, formas de organización de actividades sociales, que deben ser desechados si es que queremos ir conformando fuerzas sociales capaces de producir verdaderamente cambios en las formas de la organización social. Otro encare es  alternativa imprescindible si queremos ir construyendo una sociedad distinta.

No tiene sostén teórico ni histórico la creencia de que los cambios vendrán de arriba, desde los mismos mecanismos de dominación, de las instituciones y dispositivos que son propios del sistema. Importa recalcarlo el sujeto de cambio es hijo de otras prácticas sociales y es imprescindible la producción, la creación y recreación de ese sujeto, de esa organización ideológica, para avanzar hacia el Poder Popular

Siendo así otro sujeto histórico, otras prácticas sociales y políticas no vendrá de la nada, no aparecerá como arte de magia, debe ser el fruto de prácticas que internalicen otras cuestiones que chocan con lo dominante. La participación efectiva, la autogestión, la acción directa, la forma federal de funcionamiento realmente democrático, la solidaridad y apoyo mutuo, necesitan de mecanismos, organizaciones, prácticas regulares para su desarrollo. Y sólo si se produce en el pueblo podrá hacer realidad el cambio. Parece claro que necesita constantemente organización en el seno de su activa creación. La continuidad que necesita, para un despliegue que permita el cambio, requiere de una sostenida estrategia. Una estrategia coherente, para que no se desteja lo que en un momento dado se teje. Una estrategia que tenga en su interior un mundo distinto que va desplegando desde el seno de otro que le es antagónico El famoso “usar todos los medios” puede ser una manera efectiva de asegurar que no se pueda desplegar ninguna estrategia antagónica portadora de los elementos que puedan ir rompiendo el sistema vigente.

55 años, una larga historia, con experiencias realizadas en distintas etapas y coyunturas. Con intento constante de actualización de las herramientas de combate. Con muchos entusiasmos, sueños, alegrías y dolores. Con dolores profundos por aquellos compañeros que fueron quedando en el camino pero que nos siguen guiando con muchas de sus ideas y su ejemplo militante. Aquellos de la primera etapa como Gerardo Gatti, León Duarte, Pocho Mechoso, el  Gauchito Idilio el Perro Perez, Elena Quinteros. O más adelante, ya en la reorganización de FAU como el Vasco Larrasq y el Santa Romero. O más recientementela PetisaCeciliay el panadero Andrés Medina. Con todos los que lucharon por una sociedad distinta y que tuvieron como consigna fundamental la entrega total. Con nuestros ideales y aquellos recuerdos queremos seguir peleando y avanzando hacia un nuevo orden social. Hacia la emancipación de los pobres del mundo, hacia el socialismo y la libertad.

Arriba los que luchan.

 

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