Participaron en la parte oratoria los compañeros: Marcel Achkar por la Comisión en Defensa del Agua, Fernando Pesce militante del gremio de docentes, Carmen Sosa de FFOSE y de la Comisión en Defensa del Agua. Abrió el acto a nombre del Espacio de Solidaridad Cecilia Uribarri.
Por razones de espacio haremos un extracto sólo de las intervenciones de Cecilia Uribarri y Carmen Sosa.
“Compañeros, vecinos, vecinas: Buenas noches.
Las Organizaciones que hemos convocado hoy a esta actividad desde el Espacio de Solidaridad y Apoyo Mutuo quiere darles la bienvenida y contarles a groso modo de que se trata esta actividad.
El Espacio de Solidaridad y Apoyo Mutuo surge formalmente en agosto del 2002.
Un conjunto de Instituciones Sociales con años de militancia a nivel social, barrial, sindical, las cuales venimos trabajando coordinadamente en un proyecto común el cual definió en su momento de algún modo dos ejes fundamentales, ellos fueron la lucha en contra de la fragmentación y por la independencia de clases del movimiento popular:
Diríamos inicialmente, parafraseando a más de un estudioso de los nuevos problemas sociales, que es maravilloso como la estructura de poder dominante tan unida para su función se presenta ante el imaginario popular como algo disperso. Fenómeno que arroja al mismo tiempo un “efecto” de enorme fragmentación en el universo de los de abajo. Valer decir, un arriba unido y con proyectos fundamentales que avanza y se despliega y un abajo disperso, atomizado, con limitada capacidad de respuesta.
Muchas “certidumbres” de ayer se han transformado en incertidumbres que sugieren caminos de búsqueda. Un baño de modestia se impone. Hay todo un camino a recorrer que asumiendo ignorancias debemos transitar. Es tarea de muchos y juntos, no de cada uno por la cuenta…
Esos imprescindibles lazos solidarios que podrían fortificarlas están ausentes. Esa solidaridad que nos legaron las grandes luchas obreras del siglo pasado y que es uno de los valores primordiales para asentar prácticas diferenciadas de las del mundo de la injusticia, el individualismo y el privilegio.
Es en este marco que nos parece hoy más que nunca necesario reivindicar la tradición de nuestro movimiento obrero, la independencia de clases y proyectarla a todo el campo de las actividades sociales. No partidizar la acción social. Que ambos, partidos e instituciones sociales, operen en sus específicos niveles. Esto puede ser factor de unión y fortalecimiento para el movimiento popular.
En esta perspectiva de proyecto común sobre estas bases de acuerdo es que el Espacio se aboca a la realización de diferentes actividades, “La Criminalización de la pobreza” fue el tema elegido para nuestros primeros ciclos de debates en diferentes barrios, intentando siempre que en nuestras mesas hubiera diferentes enfoques sobre los temas.
Las cárceles, los DDHH en el más amplio sentido de la palabra, el 1º de Mayo, el 24 de Agosto, el 27 de Junio, son los temas por los que nos hemos encontrado convocando, organizando, apoyando.
Con el tema del plebiscito de ANCAP como ahora lo es el del agua abocamos nuestra tarea en la difusión y el apoyo a estas causas populares…
Seguiremos transitando este camino coordinadamente con todas las instituciones sociales que se sientan identificadas con las causas de los de abajo”.
FFOSE Carmen Sosa: El ejemplo boliviano, es paradigmático en cuanto a la defensa de los recursos naturales.
En 1999, el gobierno boliviano daba la concesión del agua a una empresa norteamericana, que se dio a llamar “Aguas de Tunari”. Como consecuencia de esa privatización, las tarifas a la población fueron aumentadas entre un 100 y un 300%, llegando a pretender cobrar incluso el agua de lluvia.
Ante estos hechos es que se desata lo que se dio a llamar como “la guerra del agua” del año 2000. La situación había llegado a tal extremo, que la gente se veía obligada a utilizar incluso el agua de lluvia.
Esta comisión instaurada en el Uruguay, toma el nombre de “Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida”, como homenaje a esa lucha del pueblo boliviano. En el caso particular de nuestro país, la privatización de la prestación de servicios de agua potable y saneamiento, es un hecho que viene afectando a la población de Maldonado y Canelones, desde hace ya un buen tiempo.
Ha afectado, no sólo la calidad del servicio, sino también en lo que hace a la calidad de vida de la población, llegando a pagar como en el caso de Maldonado 2200 pesos, sólo por la conexión. Si pensamos que el salario mínimo de Uruguay es de unos 1100 pesos, hablamos de 2 salarios mínimos, sólo de tasa de conexión a la red y luego lo que se consuma.
En ese marco, que nace la “Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida”, formada en el año 2002. Esta comisión está integrada por organizaciones sociales, sindicales, vecinales, docentes de Facultad de Ciencia y Facultad de Ingeniería, a la que luego se sumarían organizaciones político-partidarias. Se ha venido trabajando en la proposición de una iniciativa de reforma constitucional, que se va a someter a la opinión ciudadana el próximo 31 de octubre.
Se propone agregar al artículo 47 de la Constitución, declarar de interés general la protección del medio ambiente, e incluir al agua como recurso natural y esencial para la vida, y que el acceso al agua potable y al saneamiento constituyen derechos humanos fundamentales.
A partir de esos principios básicos se elabora la iniciativa de reforma constitucional, un texto que tiene un componente técnico importante, y que pretendemos difundir en el día a día dada la importancia del tema.
Creemos, que considerar a las riquezas naturales como una simple mercancía más, lleva a la exclusión de grandes sectores de la sociedad en cuanto al acceso a los mismos. Ocurrió antiguamente con los suelos, ocurre ahora con el agua y el petróleo.
Tradicionalmente, se nos presentaba al agua como un recurso no agotable, pero hoy comprobamos que no es así. Como tal, es objeto de apropiación por parte de empresas transnacionales, avaladas por los principales centros de poder a nivel internacional.
El objeto un poco de esta charla, es desentrañar, cómo se ha venido dando ese cambio de visión, con respecto al agua y la situación de América del Sur.
En primer término, convendría plantear la situación global del agua en el planeta. El 97% del agua, se encuentra en los océanos y mares, o sea que es agua salada, lo cual indica que sólo un 3% del agua del planeta es agua dulce, factible de consumo humano. Éstas son las llamadas aguas continentales. Se encuentra en los casquetes polares (en estado sólido), los acuíferos profundos que son reservorios de agua a una profundidad que dificulta la posibilidad de un consumo directo. De toda el agua potable, apenas un 11% representa los acuíferos superficiales que son los aptos para el consumo humano y de relativo fácil acceso, como es el caso del Acuífero Guaraní el cual pasa por nuestro país.
Esto nos da que el agua disponible en el planeta es apenas un 0,5% del total.
A nivel mundial, Asia cuenta con un 36% de los recursos, con un 60% de la población. Europa y África cuentan con un 13% de la población mundial, de esto Europa tiene apenas un 8% de los recursos cuya capacidad está seriamente comprometida producto de la contaminación ambiental. África cuenta con el 11% de los recursos hídricos, pero se encuentran muy concentrados en la cuenca del Nilo, por lo cual muchos sitios no tienen acceso directo a grandes volúmenes de agua.
En el caso de América del Sur cuenta con el 26% de los recursos, con apenas un 6% de la población mundial, y con una calidad casi perfecta en cuanto a los recursos hídricos. En el texto que presentamos, se habla de preservar el ciclo hidrológico en todas sus etapas, es decir, tomar a la lluvia como primer elemento de ingreso de agua al sistema terrestre. El asunto está, en como una estructura social dada, influye en el ciclo hidrológico natural. Los agregados físico-químicos que da el uso en el medio urbano y rural del agua, va degradando la calidad de esas aguas que devolvemos a la naturaleza. Superada la capacidad de absorción por parte de la naturaleza, es cuando comienza lo que llamamos contaminación, claro ejemplo de esto son los cursos de agua en Montevideo. Similar proceso puede constatarse con las aguas subterráneas.
El Acuífero Guaraní que abarca Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, es el segundo acuífero mas importante del mundo. De allí es fácil deducir porque nos encontramos en la mira de las multinacionales del agua.
Por eso planteamos, la “división” del territorio en cuencas hidrográficas. Para mejor administrar los recursos.
La cuenca del arroyo Dacá, en las costas del Río Negro sobre Mercedes, allí hay espacios urbanos y rurales, la utilización excesiva de agrotóxicos, compromete el abasto de agua de dicho lugar. Lo mismo en cómo se devuelve esta agua luego de su utilización, por eso es que no podemos concebir el servicio de agua potable separado del saneamiento.
También si uno aplica la forestación con pinos o eucaliptus las nacientes de los ríos, se restringe enormemente la cantidad de agua que podamos recoger. De allí que la gestión del agua, debe estar en conexión con la gestión del resto de los recursos. Por ejemplo, la cuenca del Río Tacuarembó (que es la recarga del acuífero guaraní), los monocultivos forestales (pino y eucaliptos) con sus grandes insumos de agro tóxicos, están comprometiendo la calidad del agua que filtra hacia lo subterráneo. Esta agua, tarda miles de años en recuperarse.
Este problema no puede ser pensado por fuera del problema de la extranjerización de la tierra, tal como es el caso de los cultivos de arroz y soja, además de la forestación. Que comprometen la calidad de las aguas y los suelos.
América del Sur, aparece como el continente más favorecido en cuanto a la distribución de los recursos hídricos.
Para entender la problemática actual, hay que tomar en cuenta que, como bien escaso está siendo sometido a la ley de la oferta y la demanda, ante lo cual la voracidad de las empresas comienza a tallar en todo este tema. El sector agropecuario aparece como el primer consumidor de agua dulce, principalmente a través del cultivo de arroz.
Éste consume el 78% del agua que se consume en el país. También el sector energético, a través de las represas hidroeléctricas utilizan el agua dulce. El sector industrial y de turismo, aunque en escala menor, también es un consumidor importante. De no procederse, a una racionalización en el uso y el cuidado de este vital recurso, estaríamos comprometiendo seriamente, la calidad de vida de las generaciones venideras”.
El tema del plebiscito del agua, es un aspecto determinante en los comicios del próximo mes de octubre. Sí votar a favor de la preservación de este recurso, y que tomado como derecho humano fundamental, no pueda ser sometido a la perversa lógica empresarial, que excluye a porciones cada vez más grandes de población. Se trata entonces de expresar nuestra opinión en forma directa, esta vez a través del plebiscito, y todas las veces que sea necesario con los medios que hagan falta.
Sabemos que lo decisivo en esta pelea, se da desde la cotidianeidad, en el día a día, generando la conciencia de que pensar el mundo en otros términos, no sólo que es posible, sino que es absolutamente necesario hasta como instinto de preservación…”.
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