CARTA OPINIÓN – Julio 2017

Una Rendición de Cuentas que nada otorga a las necesidades populares

Parece mentira, pero para la enseñanza pública, en el caso de ANEP, esta Rendición consta de un solo artículo por el cual se dice que se otorgarán para salarios 1500 millones de pesos, o sea 50 millones de dólares. No se dice cómo se distribuirán, montos, plazos, partidas, etc. Nada.

Sin embargo, el proyecto trae un detallado capítulo para el Ministerio de Interior, donde se abunda en la creación de todo tipo de cargos, los cuales suman unos varios cientos, se otorgan fondos para cargos jerárquicos y para contratar profesionales universitarios de diversas orientaciones. Es llamativo que sea uno de los pocos ministerios que requiera de este tipo de profesionales por lo cual se puede apreciar que la tecnificación de la policía pasa por insertar en el aparato policial sociólogos, psiquiatras, diversos licenciados… También que sea colaborar con la represión una de las pocas salidas laborales que tengan los profesionales egresados de la Universidad nos habla de un gran problema, de hacia dónde se está volcando la educación superior en nuestro país.

 

¿Y el trabajo? 

Brillan por su ausencia las políticas e inversiones para generar empleo en esta Rendición de Cuentas. Toda la expectativa está colocada en esperar la inversión de UPM como un maná caído del cielo. No solo aumentará la dependencia económica, sino que el empleo que se generará será en la fase de construcción de la obra, pero no más allá de ello. No es una propuesta de desarrollo económico, es un paliativo momentáneo para que los números sigan cerrando.

 

Vuelven las privatizaciones

Paso a paso, y en forma fragmentaria, el gobierno viene avanzando en la privatización de distintas áreas del Estado. Mucho se habla de reflotar el ferrocarril, pero siempre unido a las inversiones de multinacionales, tal cual se espera de UPM. Este tipo de inversiones, que pueden ser vía Participación Público-Privada (PPP) o directamente con fondos del Estado para satisfacer las necesidades de esta multinacional, quedarán en manos de un «operador privado», es decir, de una empresa privada.

Los trabajadores de Ancap han sufrido no solo la declaración de Esencialidad, sino que bajo ella se llevó a cabo el cierre del servicio médico. Con el discurso de que es «un lujo» y «hay que ser solidarios» para pasar a estos trabajadores al FONASA, se cierra un servicio que atendía específicamente las enfermedades profesionales generadas por el petróleo y sus derivados y el cemento portland. ¿Ahora quién va a atender esto? Más aún cuando el sistema de salud está saturado.

Es la vieja política implementada de ir cerrando servicios, privatizando otros, metiendo Ong´s para adentro de ministerios y servicios del Estado, tercerizaciones y todo un conjunto de variantes cuyo objetivo es ensanchar el papel del capital privado en áreas públicas, financiando con dineros públicos a diversas empresas privadas. Es decir, transferir plata del pueblo para ciertos empresarios. Toda una política que tiene en estos momentos como ejemplo más escandaloso, la entrega del Hospital de Clínicas al capital privado vía PPP. Se van traspasando ciertos servicios públicos -y universitarios- de salud a la esfera privada.

 

La Reforma de la Caja Militar

Los trabajadores financiamos todos los años el déficit de la Caja Militar, que para este rondará los U$S 470 millones. Herencia de la dictadura, las jubilaciones militares son un privilegio, ya que tienen un régimen especial de beneficios que no lo goza ningún sector de trabajadores. Pero además, es escandaloso sostener unas FFAA que gastan anualmente el 1% del PBI, o sea bastante más de U$S 500 millones. Es decir, que anualmente el pueblo uruguayo gasta más de 1000 millones de dólares en unas FFAA que para lo único que han servido es para reprimir al pueblo y deben aún responder por el destino de los desaparecidos. ¿Todo ese gasto, no se puede volcar a la vivienda popular, a elevar el nivel de vida de los sectores más humildes, a la salud, la educación, los servicios públicos, la generación de trabajo?

Pero los militares tienen quienes los defiendan. Allí salió el ex presidente Mujica a exigir una reforma de la Ley Orgánica Militar. Con el argumento de discutir el tema de fondo y defender a los milicos rasos, Mujica y el MPP anteponen un tema que no tendrá rápida resolución parlamentaria para salvaguardar el privilegio de los altos mandos de las FFAA y la política de impunidad. Si es casi imposible colocar un impuesto a los retirados militares, que anunciaron que no negociarán «ni un milímetro», ¿alguien puede pensar que en breve se va a modificar la ley que rige el funcionamiento y organización de las FFAA? Para ninguna de estas cosas se va contar con el consenso de la casta militar, por supuesto. Por lo tanto, los militares -en actividad y retirados- ejercerán la presión suficiente para archivar ambos temas, con la colaboración de sectores del espectro político del gobierno y la derecha.

Mientras todo esto ocurre, cuando los militares tienen la impunidad garantizada por todo el estamento político, cuando no se avanza en encontrar la verdad de lo ocurrido durante la dictadura y muchísimo menos se avanza en la justicia, se destina un presupuesto de guerra a unas FFAA innecesarias. ¿No será hora de volver a plantear el desmantelamiento de las FFAA?

 

La perspectiva es de lucha

No hay otra: la perspectiva es de lucha. Contra todos los discursos que llaman a no luchar, a no movilizarse, a «cuidar al gobierno sino vuelve la derecha», debemos levantar una perspectiva de combate prolongado, de Resistencia frente a toda esta política de entrega de lo público al capital privado. Fortalecer los sindicatos y los organismos de base, con debate y participación de todos los trabajadores, lo mismo en los gremios estudiantiles, llamar a la lucha al conjunto de los trabajadores, estudiantes y el pueblo en general, que estamos siendo afectados por estas políticas antipopulares.

Si la derecha vuelve al gobierno mañana va a ser de la mano del actual gobierno que le abre cauce a discursos y planteos retrógrados, no por causa de la lucha popular. Por lo tanto, en estos momentos de paro general de 24 horas, es momento de efectivizar las medidas en la calle e ir por más. Elaborar un plan de lucha para los meses que siguen. Plantearse movilizaciones de porte y también por lugares de trabajo, desarrollar la agitación necesaria para difundir los reclamos de las organizaciones populares y colocar en el tapete los principales problemas que se vienen enfrentando. La situación económico-social podrá ser «auspiciosa» en los números en los años venideros, pero no va a reflejarse en el nivel de vida del pueblo. La riqueza será engullida por los de arriba, por los patrones, los terratenientes, los banqueros, los gerentes y las multinacionales. ¡La única perspectiva es la lucha, es Resistir!

 

¡PRESPUESTO PARA EL PUEBLO!

¡NO A LAS PRIVATIZACIONES!

¡DESMANTELAR LAS FFAA!!

 

federación Anarquista uruguaya

Sobre fau