Carta opinión / Mayo de lucha 2023

LA LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS Y OTRAS AGUAS

Segunda marcha post pandemia, el pueblo uruguayo retoma las calles para exigir verdad, acciones concretas con todos los represores que participaron de las salvajes violaciones a los DDHH y señalar a una institución -las FFAA- como la responsable del terrorismo de Estado. También señalar a los civiles que participaron en la dictadura y los que cobijaron la impunidad todo este período. Señalar a los partidos que reivindican lo actuado en dictadura y a los represores. Cabildo Abierto, los centros de ex oficiales de las FFAA, los Sanguinetti, los que callaron todo este tiempo, los que ayudaron al ascenso de la Logia Tenientes de Artigas y Manini en fechas no tan lejanas…. Todos ellos han salvaguardado la impunidad. Todos, por un motivo u otro defendieron el olvido, defendieron los métodos represivos atroces. Defienden a los violadores, secuestradores de niños, a los que asesinaron a nuestros compañeros y compañeras. Defienden a los que asesinaron a los mejores hijos del pueblo.

También es un momento para reivindicar a nuestros compañeros y su militancia. Militantes sindicales, barriales, estudiantiles, participaron de la acción directa a todos los niveles, participaron de cientos de conflictos y acciones solidarias de diverso tipo. Se jugaron la vida por un mundo mejor, por el Socialismo y la Libertad. Todos, más allá de sus concepciones ideológicas y de las organizaciones políticas que integraban, son ejemplo de inclaudicable lucha, de resistencia y de vida.

Los golpistas y sus cómplices los continúan desapareciendo, ocultando los hechos y la información. Eluden y trancan cualquier intento de avance judicial, por más tibio que sea. El pacto de silencio que mantienen es impenetrable aún. Eso es lo que produce esa odiosa institución que son las FFAA: asesinos impunes y encubridores de sus “camaradas de armas”. Esas FFAA solo pueden hacerle la guerra al pueblo, para eso están. Son el reaseguro del poder burgués. Y la burguesía utilizó a esas FFAA cuando el pueblo tomaba el protagonismo en la lucha por una sociedad diferente. Desaparecieron, torturaron, encarcelaron, secuestraron niños, violaron, obligaron a miles al exilio.

Las secuelas de la dictadura cívico -militar

Lo acontecido durante la dictadura está vigente mientras haya impunidad y se mantengan las FFAA en este país. FFAA que no son necesarias ni sirven para defender el territorio, solo para llevarse cuantiosos recursos del pueblo. Entre su presupuesto y la Caja Militar se llevan anualmente bastante más de 1000 millones de dólares por año (el equivalente a 20 mil viviendas, aproximadamente y permitiría solucionar la problemática del agua, por ejemplo).

La impunidad es política de Estado y no se toca. Exceptuando algunos casos investigados, algunos restos aparecidos -todo lo cual no deja de ser importante en múltiples sentidos- no se avanzó casi un ápice y algunos de los represores más notorios han sido perseguido con más ahínco por el poder judicial de países extranjeros que por el Estado uruguayo.

Pacto del Club Naval, primer gobierno de Sanguinetti, ley de impunidad y de ahí en más el silencio, quebrado solo por la persistente lucha de las organizaciones de DDHH y populares en general. Al día de hoy, son cientos las manifestaciones de rescate de la vida y lucha de compañeras y compañeros en diferentes ámbitos y cientos de homenajes recorren el país rescatando del olvido la lucha de aquellos/as que el enemigo de clase y sus aparatos se llevaron.

Vuelve al tapete “la teoría de los dos demonios”, en la voz de Manini Ríos, pero también de Sanguinetti, verdadero constructor de la impunidad y del modelo de país que hoy vivimos. Aquí no hubo ninguna guerra, en todo caso, la guerra de las FFAA fue contra el pueblo, tal como denunciaba nuestra Organización ya antes del golpe de Estado de 1973.

Pero las secuelas no solo se refieren al campo de los DDHH y la impunidad, al terrorismo de Estado. También a los “ladrones de guante blanco” que se enriquecieron durante la dictadura con pingües negocios. Incluye a todos los fascistas que continuaron con sus actividades en “democracia”, al igual que muchos torturadores. Pero también las secuelas las vemos y vivimos hoy en concepciones que vuelven a tomar fuerza: discursos anti -izquierda o “anticomunista”, discursos de neta cepa fascista y pidiendo orden, mano dura y acusando a la “izquierda” de desestabilizar…

La dictadura también disciplinó a buena parte de la izquierda. La convenció de transitar los caminos legales, parlamentarios, trasladar “la lucha” hacia allí, abandonando paulatinamente la calle y las organizaciones populares. Ello tiene un costo altísimo hoy, con el crecimiento de la derecha y de grupos más extremos y todo su discurso, que comienza a poblar los debates públicos y a generar cierto “sentido común” peligroso, ya que esas ideas están circulando a nivel social en forma más amplia.

El sistema ha trabajado para eso. Ha instalado un fuerte discurso “anti- pobres” a partir de las crónicas policiales. Un largo trabajo que lleva cerca de 30 años de paciente labor a diario, generando un clima de inseguridad constante, creando un “enemigo monstruoso”: el pobre que roba o viola los mismos ilegalismos que la burguesía a diario, pero en ínfima proporción respecto a las clases dominantes.

Al mismo tiempo, las cárceles están sobresaturadas de gente, que no se va a “rehabilitar”, ya que las cárceles no son centros de rehabilitación sino de generación de mayores niveles de ilegalismos. 15 mil presos saturan las cárceles y no hay soluciones reales a esa problemática.

Sin lugar a dudas, una de las principales secuelas de la dictadura es la implementación de este modelo económico, generador de miseria y hambre. La pérdida salarial que no se ha recuperado al día de hoy -desde antes de la dictadura -, el crecimiento en extensión y en número de cantegriles y asentamientos, de niños bajo la línea de pobreza, la rebaja del presupuesto de la enseñanza, el desmantelamiento del aparato industrial y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. Todos estos efectos los estamos viviendo hoy.

El agua salada

Este 20 de Mayo viene enmarcado en otro conjunto de temas, de toda una política que avanza a paso firme, algunas de ellas vienen de largo plazo, y de las cuales ya estamos viviendo sus efectos. A inicios de mayo estalló la situación del agua en Montevideo y zona metropolitana. El directorio de OSE aprobó por mayoría que se tomaría el agua del Río Santa Lucía desde un lugar más cercano al Río de la Plata, con lo cual se duplica la cantidad de sodio en el agua y de cloruro. Ello es dañino para el organismo humano. No es agua potable la que está saliendo por las canillas montevideanas. Esta situación es producto del modelo productivo que se viene desplegando hace ya más de 35 años. Desde la aprobación de la Ley Forestal en 1987, se han forestado más de 1 millón de hectáreas en el país, con el consiguiente consumo de agua por parte de los árboles, absorción del agua de lluvia e incluso de las napas subterráneas. Árboles que son materia prima de la industria celulósica, que recientemente ha inaugurado su tercera mega planta en el país. Coincide en el tiempo la puesta en funcionamiento de UPM 2 y que falte agua en Montevideo.

Algo similar puede decirse de los cultivos de soja (otro millón de hectáreas) y el uso de agrotóxicos, contaminando el suelo y el agua. La implementación de la ley de riego ha generado que una gran cantidad de embalses privados que estén secando los ríos o disminuyendo su caudal, sumado a todo lo anterior.

Es que el modelo productivo ha colocado a los recursos o bienes naturales al servicio de los grandes productores y empresas multinacionales. El gran capital está saqueando los recursos -en forma gratuita- pero ganando millones con los productos exportados (soja, celulosa, carne). El agua potable, bien fundamental para la vida, está siendo negada a la población, ya que OSE suministra hoy es agua que no está en condiciones de ser consumida por la población. “No es potable, pero es bebible y consumible” tal como dijo el Ministro de Ambiente, es un disparate o una burla.

La reforma constitucional aprobada en 2004, que coloca al agua como un recurso humano fundamental y la protección del medio ambiente, no solo está siendo violada, sino que jamás se implementó.

Lo cierto es que esta política contraria al “país natural” que tanto pregonaron puede llevarnos a una catástrofe de dimensiones sociales y ecológicas impensables. Los de arriba son ecocidas, hacen peligrar la vida humana y no tienen reparo en ello, ya que viven en barrios privados, alejados del pueblo y con todos los recursos para darse una buena vida.

Hay que pensar en el mediano y largo plazo, además de solucionar el suministro de agua potable en forma inmediata. Es necesario replantearse el modelo productivo- que además excluye, a los trabajadores ya que utiliza poca mano de obra- y contamina todo el territorio. Hay que colocar en el eje el debate de la soberanía alimentaria; hoy Uruguay produce soja para alimentar cerdos en China, cuando aquí hay más de 350 mil uruguayos/as que no tienen asegurada la comida a diario. Un modelo de desigualdad total. En tres años (entre 2019 y 2022), 1000 millones de dólares pasaron de los sectores populares a las clases dominantes, pandemia mediante.

Es el agua y es la tierra, es la posibilidad o no de una vida digna lo que está en juego. Es el despliegue del sistema capitalista en esta etapa en Uruguay, no es solo una mala política de OSE -que lo es-, pero el tema es más de fondo. Es el desarrollo del gran capital a expensas de la vida del pueblo.

Es necesario movilizar en forma organizada, que el conjunto de las organizaciones sociales tome el tema y convoque a ir a la calle, a distintos tipos de manifestaciones y actividades en defensa del agua y la vida, contra el sistema de muerte y su saqueo.

Otras aguas

Este gobierno ha pisado fuerte el acelerador en este año. Aprobó la Reforma de la Enseñanza y ya la ha puesto en práctica, aprobó la Reforma de la Seguridad Social con el descalabro financiero que significará para el BPS, la enorme cantidad de gente que no se podrá jubilar jamás, el recorte a los cálculos jubilatorios y la expansión del lucro del capital multinacional con las AFAP., mantenimiento de los privilegios a los militares (cuando se cumplen 50 años del Golpe de Estado), entre otras situaciones.

Por si fuera poco, en la misma semana ocurren varios hechos de violencia en centros de estudio -algunos de ellos al menos en forma un tanto extraña- y sin un clima previo tan candente en sus alrededores. La prensa a su vez, no amplificó estos hechos como lo hace en otras ocasiones, lo que llama la atención.

La coalición de gobierno hace agua por todos lados. A los malestares generados por la negociación directa del Partido Nacional con Cabildo Abierto sobre varias de sus propuestas para la ley de la Reformas de las jubilaciones, que habían generado una mini crisis porque CA no estaba dispuesto a votar la ley así nomás, se sumó el pataleo del Partido Colorado y logró también colocar algunos puntos propios en la ley. Aprobada en Diputados, pasó en forma express por segunda vez al Senado y se aprobó. Todo para dentro de la bolsa con tal de aprobar la Reforma y la mantener la coalición. El poder negociador del Partido Nacional ya ha quedado demostrado con la LUC, donde incluyó todas las propuestas, incluso las del FA.

Pero en la primera semana de mayo, la coalición de gobierno sufrió un cimbronazo fuerte: el Presidente le pide a Cabildo Abierto la renuncia de Irene Moreira al Ministerio de Vivienda por la entrega de viviendas a discreción. Corrupción, de la más barata. CA realizó varias reuniones y dos conferencias de prensa el mismo día, una para pedir que el Presidente reviera su decisión -cosa que no hizo- y en la segunda manifestar que Moreira iba al Parlamento. En ningún momento Irene Moreira señaló que aceptaba la renuncia, desconociendo la autoridad del Presidente de la República dentro del ordenamiento jurídico burgués, autoridad a la que se deben los ministros en este marco. Por el contrario, dejaron en claro lo que realmente son los cabildantes: golpistas. Golpistas de alma.

Entre filas cabildantes la discusión pasa por irse o no de la coalición. Triunfó quedarse, por el momento, pero pisando fuerte. Es probable que en breve tiempo se retiren de la misma. CA no va a pelear a dos frentes, prioriza atacar al FA y luego verá cómo resuelve los problemas con sus aliados. Pero la coalición ha quedado dañada en gran medida. Pero lo cierto es que CA tiene ahora una centralidad política que le ha costado lograr a lo largo del período; para bien o para mal se habla de ellos. Y eso es propaganda.

En caso de mantenerse dentro de la coalición, lo harán con un perfil más independiente. No es de extrañar que este pedido de renuncia deje resquemores y cuentas a cobrar en el futuro. De todos modos, la coalición ya ha votado todo lo que necesitaba en este período, prácticamente. Falta la ley para liberar a los “viejitos” asesinos, prioridad de CA.

El modelo se profundiza

El saqueo ambiental es profundización del modelo, pero también del sistema capitalista. Es la expresión de dicho sistema en esta etapa. Pero la misma -y el modelo económico imperante- vienen desplegando un gran ajuste económico, similar al vivido en los años ’90. Nuevos cierres de fábricas, ahora se suma Ricard (adquirida hace unos años por la multinacional Bimbo) y los despidos en el sector del gas, con las empresas Acodike y Riogas. También hay un importante número de despidos en la salud privada. La política de recortes es general con el consiguiente incremento de la pobreza y la miseria del pueblo.

Por si faltaba más, el Parlamento aprobó la derogación de la ultractividad de los convenios colectivos, por lo tanto, las conquistas logradas se pierden. Con esto, de hecho, es el fin de la negociación colectiva en esta etapa, excepto para algunos sectores como la construcción y algunos otros. Tiempos de miseria generalizada se avecinan y de una inmensa pérdida de derechos.

Esta sea tal vez la frutilla de la torta de una serie de avances patronales fuertes. Intentan desmantelar lo conquistado y las organizaciones populares, atacan los intereses de los de abajo con un claro sesgo de clase. Destilan odio al mundo del abajo.

Ante tanto quietismo….

Se están cumpliendo los 50 años del golpe de Estado y de la Huelga General, con la que el movimiento sindical y popular respondió al mismo. Durante quince días se paralizó todo el país. No sin polémicas con las concepciones reformistas y conciliadoras, pero se desplegó allí una larga acumulación de experiencias, saberes y luchas que llevaban más de un siglo en el país. Fue un acontecimiento de extrema importancia y fue obra del pueblo mismo, tejido durante años, logrando una participación masiva. “Si hay golpe, hay huelga”, se decía ya desde 1964, desde la fundación de la CNT. Esta decisión de los sindicatos, discutida y tomada en miles de asambleas a lo largo y ancho del país, es uno de los procesos más emblemáticos de nuestra clase y debemos sacar lecciones de ese período y de la firmeza con la que se enfrentó el golpe de Estado, lecciones útiles para el aquí y ahora y que se vinculan con lo que desarrollamos anteriormente.

El pueblo uruguayo no estuvo quieto antes de 1973. Huelgas, conflictos, movilizaciones, enfrentamientos con la represión, Medidas Prontas de Seguridad en varios períodos, asesinados por esa misma represión, presos, generaron una importante experiencia a nivel popular. Cada militante tomaba su puesto de lucha, donde entendiera que debía estar. La militancia política cobraba un rol fundamental porque se entendía que había que dotar de una estrategia general a las luchas del momento. La lucha era por una sociedad diferente y la Organización Política era central.

Una larga experiencia y recorrido que es importante rescatar, porque nos puede brindar pistas para el accionar en estos momentos donde reina la desazón y la apatía, y la falta de empuje a la lucha de las concepciones más conciliadoras del movimiento sindical.

Hacer retroceder las reformas que han impuesto, solucionar la problemática del agua y el medio ambiente -al menos en lo más urgente-, lograr un cierto reparto de la riqueza que disminuya el hambre y la miseria; objetivos de mediano plazo digamos, pero solamente podrán ser alcanzados con lucha y organización desde abajo. Es el pueblo organizado y con su experiencia acumulada el único que puede frenar este despojo y puede construir una vida distinta.

Ha quedado demostrado que no hay atajo posible, de que por las vías institucionales hay transa y posibilismo, gobernar para los de arriba. Por eso es necesario salir de este momento de quietismo y cierto estupor ante la aplanadora de la derecha. Fortalecer a las organizaciones populares, fortalecernos ideológicamente, salir a la calle y tomar las medidas de lucha necesarias. Hay que mover los engranajes y empezar a avanzar.

Los desaparecidos no son solo memoria, son lucha a fondo y combate contra este sistema.

¡¡Salud Pocho Mechoso, Adalberto Soba, Gerardo Gatti, Elena Quinteros y en su nombre a tantos que viven en la lucha del pueblo!!

¡¡PUEBLO EN LA CALLE, GARANTÍA DE COMBATE Y DE AVANCE!!

¡¡A DERROTAR LA POLÍTICA REGRESIVA DE LOS DE ARRIBA!!

¡¡NI OLVIDO NI PERDÓN!!

FEDERACIÓN ANARQUISTA URUGUAYA

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