Ante el escenario actual (y, vale decir, un escenario que trae condiciones de vida y existencia hasta entonces inimaginables para buena parte de nosotros), no podemos nos a debatir como las mujeres que componen los sectores de la sociedad más vulnerables tienen sentido de manera Mucho más violenta las restricciones impuestas por este contexto de pandemia. Las desigualdades sociales, las opresiones fundantes del Estado brasileño y las violaciones constantemente detonar contra el pueblo han sido históricamente repercutido de manera peculiar sobre las mujeres. Después de todo, son ellas las que componen de manera significativa la base de la pirámide de la explotación de la fuerza de trabajo; son ellas las que tienen los menores salarios; son ellas los que representan en la gran mayoría el cuerpo de trabajadoras domésticas; son ellas las que están en el lugar de jefes de Familia donde el genitor no sólo no se hace presente como también abandona financieramente y emocionalmente la mujer y sus hijos e hijas; son ellas que están en mayoría en la línea de frente en los primeros contactos ocurridos al llegar a los servicios de salud; son también ellas que más corren el riesgo de morir en aislamiento domiciliario, pues comparten en la residencia el espacio con un socio agresor, consecuencia cruel de las estructuras machistas en las que somos creadas / los
Además de estas realidades, todavía tenemos la miseria, el desempleo, la desesperanza y tantas condiciones de vidas adversas a las recomendaciones para protegerse de la contaminación con el COVID-19. Los bolsas de pobreza de Brasil son muchos. La falta de agua es realidad de muchas casas. El aislamiento (tan recomendado por las autoridades sanitarias) es algo imposible para muchas de estas trabajadoras, especialmente las que ejercen la función de criada. No por nada, vimos recientemente la noticia de una criada que falleció después de seguir trabajando en la casa de sus jefes que estaban en cuarentena. Hay que destacar: se puede adivinar el color y la clase de esta criada víctima de los privilegios de estos jefes? La crisis de la pandemia tiene color, fabricó y clase! Debemos exigir que nuestros derechos sean respetados y debemos continuar en la lucha por una vida digna!
Es en este sentido que las mujeres de la coordinación anarquista brasileña publicamos este texto reflexión que se propone presentar nuestra concepción de feminismo. Nuestra lucha es por una sociedad libera de todo tipo opresión y explotación. Por eso, no aceptamos en absoluto cerrar los ojos o ralentizar, incluso en el contexto de pandemia, nuestros análisis, apuntando a la lucha contra el racismo, contra el machismo y el patriarcado, contra el estado y su proyecto genocida y contra el capital en Su lógica de muerte al pueblo y protección a los jefes. Que nuestros debates no paren, así como nuestra lucha y resistencia siguen día a día! Por el poder popular! Las mujeres son resistencia en la lucha por vida digna!
En portugués, lea en: https://bit.ly/3aX8u4i
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