Salú compañeros:
Nos damos cita hoy, evocamos hoy desde aquí, las luchas pasadas, las luchas presentes, los anhelos de libertad, de justicia, de rebeldía y no claudicación de nuestros pueblos.
Desde nuestra practica política cotidiana, insertos en los problemas de nuestro pueblo, en sus debilidades y en sus fortalezas, en sus aciertos y en sus errores es que recordamos, reivindicamos y mantenemos vigentes a los mártires de Chicago.
Sólo el estar insertos, metidos hasta el hueso con los problemas de nuestro tiempo, forjando, aportando, construyendo, es que damos sentido a nuestra existencia como Organización Política.
Sin dogmas, sin recetas fáciles y mágicas, pero con la agresividad ideológica correspondiente que la etapa nos estaría indicando.
Agresividad ideológica que se constituye de un vasto campo incluyente de un discurso practica que toma lo mejor de nuestro saber como clase, de nuestro aprendizaje, de nuestra historia.
Agresividad ideológica que reside en la legitimidad, en el anclaje social político de nuestras practicas militantes.
Esta etapa ha estado impregnada de niveles importantes de coptación de los espacios sociales y políticos.
Los cambios vienen de arriba, desde de allí sí se puede, ha sido y seguirá siendo el eje medular del discurso de quienes han querido adueñarse del nombre izquierda.
El escenario político por excelencia es el que ofrece el sistema y todas sus instituciones, allí circula la política, y sabemos que esta conceptualidad a jugado fuerte en un conjunto importante de actores sociales de nuestro pueblo.
Allí entonces aparecen actores políticos, jugando desde sus niveles posibles de incidencia a querer frenar un legítimo conflicto sindical y popular de cara a las elecciones del fa como ha sucedido recientemente en el tema de la educación.
La independencia de clase como herramienta política si bien es eje medular en nuestra conceptualidad de ruptura, adquiere en esta etapa un nivel de relevancia determinado.
Se constituye en un factor de primer orden.
Nuestros barrios hoy tienen sus calles inundadas de milicos. La guerra entre los de abajo, entre los pobres cada día se acentúa más.
Desde los medios de comunicación piezas claves en la construcción y reproducción ideológica del sistema se bombardea cotidianamente hasta el hartazgo en este sentido.
Nuestro enemigo es el pobre, cárcel con él. Campos de exterminio para ellos, quitarles la patria potestad de sus hijos, allanar sus casas en las noches, baja de edad de imputabilidad, violencia y más violencia para los de abajo.
Se ha llegado al colmo de fundamentar públicamente que hay que sacar a los pobres de las calles, hay que prohibirles laburar en los carros en determinadas zonas, con los artesanos y vendedores ambulantes también.
La cárcel como uno de los rostros mas violentos de este inmundo sistema, aparece hoy como destino seguro para un montón de gurises de nuestros barrios. Los encierran, los torturan, los ultrajan, y después joden y joden con los índices de reincidencia.
Estas son las soluciones que se ofrecen desde la clase política a tremendos niveles de problemáticas sociales, todos ellos producidos y perpetuados por este orden social.
Más y mas criminalización de la pobreza.
Cada tanto no hay porque negarlo se vuelca algún cambio chico, se le da trabajo a unos cuantos técnicos y profesionales y se instrumenta alguna irónicamente llamada política social. Obviamente que luego se gastan millones en folletería y pintadas que nos muestran que “hay cosas que pasaron”
Valla si habrán pasado cosas en nuestros barrios trabajadores, introduciéndonos en el tema educativo, desde arriba se intenta destruir la educación para estos barrios, vemos como estos se encuentran sin las condiciones mínimas para poder estudiar, los liceos se llueven, no tienen agua potable, sin salones adecuados, grupos superpoblados de gurises. Dan clases los docentes en contenedores que simulan ser aulas de clase, una política educativa emanada desde arriba, y que cada año, cada día con más fuerza no hace otra cosa que legitimar la educación privada, que fortalece y agranda desde lo institucional la brecha histórica entre ricos y pobres.
En este marco, es que los padres, alumnos, docentes del liceo 70, se movilizaron ocupando el centro, reclamando sus justos derechos, es de resaltar que esta construcción con padres, alumnos y docentes, tiene un proceso de formación desde que se inauguro el liceo. No fue una movilización espontanea, la misma se correspondió con un nivel importante de articulación en el centro mismo y a nivel barrial general.
Queremos resaltar en este ejemplo como espacio de articulación social y popular en las perspectivas que el conflicto educativo viene ofreciendo desde hace un tiempo.
En este marco el haber podido compartir espacios comunes en el ELAOPA regional que se desarrollo en el Cerro tuvo su impronta positiva.
La ocupación del liceo 70 y la lucha que mantuvieron a nivel social y popular quien son verdaderos protagonistas de lo educativo, obtuvo como respuesta una significativa represión para esta etapa. La misma obedece evidentemente a criterios políticos que apuntan a no permitir ningún nivel de expresión de resistencia desde los barrios.
La fragmentación social ha penetrado en nuestros barrios trabajadores, la criminalización de la pobreza y la guerra entre los pobres, entre los de abajo se muestra cotidianamente en la presencia de un conjunto de nociones que han querido que internalicemos como verdades consagradas.
Dios mercado ha jugado su papel, no bombardea, se nos mete para adentro, el valor al consumo, al consumismo parece no dar tregua. Ahí vemos a nuestros jóvenes de los barrios mas jodidos dispuestos a lo que sea para poder acceder a ese mundo de consumo.
Parecería ser que desde el lugar donde estemos, con las posibilidades que tengamos vamos siendo metidos de cabeza en esta rueda loca de consumismo.
Evidentemente que la pasta base ha jugado y seguirá jugando un papel importante en este sentido.
Queriendo destruir un universo social, un conjunto de valores patrimonio de lo mejor de nuestro pueblo.
Varios son los ejemplos que nos a dado este último año de lucha, de solidaridad emanada desde los barrios, de compromiso militante con aquellos que se juegan todo por conquistar mejoras para la clase. Nos han dado una mayor experiencia en la construcción de ese lazo solidario entre los barrios como los espacios sociales de resistencia, ese lazo que nos demuestra en el día a día que nada esta perdido y que es por medio de la solidaridad y la resistencia que se construirá un puebla fuerte, para la conformación de una sociedad distinta.
Sabemos y nuestra experiencia nos indica que los niveles de cooptación social a la hora de nuestra tarea barrial son importantes.
Evidentemente bajo el acuerdo político de reforzar a la el frente amplio, a su gestión de gobierno, es que comienza a imperar una lógica que va produciendo y reproduciendo un vaciamiento importante de los espacios sociales.
Del mismo modo que una penetración importante de todos los espacios institucionales con las ONG a la cabeza dentro del entramado social.
Es en esta perspectiva que los reclamos, las denuncias, las alternativas de resistencia deben enfrentar obstáculos de todo tipo.
El protagonismo popular, un pueblo organizado y dispuesto a la pelea como único garante de opciones transformadoras nunca ha estado dentro de las conceptualidades que ha manejado el fa como fuerza política.
De ahí que se le adjudique al mismo, a nuestro pueblo este lugar de supeditación a los intereses políticos partidarios.
Los cambios vienen de arriba, las herramientas que el sistema ofrece pueden ser usadas para lograr un capitalismo humano.
De mas estaría en esta lógica preguntarnos que se entiende por humano.
Ahora sí diremos que nuestra historia reciente nos habla de otra cosa muy distinta.
Sí decimos que hay sobrados ejemplos de opciones de articulación social y política que han sido las verdaderas protagonistas a la hora de obtener avances para nuestra clase.
No es a partir de las intencionalidades políticas justamente que se ha mantenido el tema de los DDHH.
La clase política en su conjunto ha intentado sostenidamente poner punto final a este tema.
Olvidar, perdonar, mirar hacia adelante.
Han querido adueñarse de lo mejor de nuestra historia de lucha.
No vamos a referirnos a la inmensa gama de declaraciones aberrantes, indignas, al manejo inescrupuloso del tema, mostrando los restos de compañeros encontrados como logros de gobierno, desconociendo su implicancia en el tema y llenando todo como un manto de olvido, manejando el tema con una fuerte insensibilidad.
Desde nuestros espacios debemos plantarnos y continuar con nuestra lucha en recuerdo de los compañeros caídos, aquellos que cuando la situación era sumamente difícil dejaron todo por la lucha de la clase, por mantener vivo el sueño, la utopía del socialismo y la libertad.
Estos compañeros y es necesario destacar eran hijos de una momento y una coyuntura que obligaba dejarlo todo, que exigía ese grado de compromiso y entrega, hoy nos encontramos en otro momento, en una coyuntura que nos demanda acumular desde nuestros espacios, resistiendo desde lo cotidiano a un mundo que es cada vez es más hostil y sutil, el cual se nos mimetiza con nuestras practicas. Es por esto que la fortaleza ideológica y la entrega, se tiene que acompasar con la coyuntura y sus demandas, pero al mismo tiempo debe fortalecerse y arraigarse.
Dar continuidad y coherencia a nuestras prácticas, dotarlas ellas de elementos de radicalidad, de ruptura en un proceso y un camino a largo plazo que ira dando sus frutos.
En esta perspectiva la permanencia obviamente desde la acción adquiere relevancia, sabemos como militantes organizados que hay etapas que exigen a rigor mantener niveles de articulación, de presencia, de expresión.
Ejemplo de ello esla Columna CerroTeja, la cual ha logrado sostenerse contra viento y marea. Con un discurso práctica de pertenencia hacia una clase, de agresividad ideológica para estos tiempos, rompiendo el cerco año tras año, acumulando experiencia y prácticas metodológicas dirigidas hacia procesos de construcción de poder popular.
Como decíamos, esta etapa nos obliga resistir, forjando una política de resistencia que logre acumular y amalgamar todo el caudal político que posee nuestra clase, que se encuentra en los de abajo, ese impulso que nos obliga a evocar lo mejor de nuestra rica historia, la historia de los de abajo, de lucha, de solidaridad y pelea permanente, bien saben de esto nuestros barrios.
Por esto, es necesario que tomemos la resistencia y la solidaridad como envase político para el momento. Entendemos que es el fortalecimiento de la articulación con los espacios barriales-sociales que se conquistaran mejoras, pero una articulación que escapa del plano retórico, y que se debe traducir en las prácticas militantes, en el día a día, en poner el hombro. Esta articulación se debe generar en todos los planos, en todos los espacios de inserción donde se encuentra la clase, tanto desde el plano territorial y barrial, como a nivel sindical, tendiendo lazos solidarios, rodeando a los que luchan desde su espacio.
Los espacios solidarios, orientando sus practicas hacia la resistencia de una concepción política de ruptura, con los cuerpos teóricos correspondientes, es lo que en esta coyuntura debemos impulsar como anarquistas organizados. Sin discursos dogmáticos, pero teniendo bien en claro hacia donde dirigirnos y enfocamos nuestros esfuerzos, la orientación política, las herramientas conceptuales, las líneas estratégicas de acción, nos la debe brindar la organización política y con ella la búsqueda y la lucha constante por transformar la realidad desde nuestros espacios de inserción.
Por un espacio de resistencia que de batalla ideológica y política, que sea legitima expresión de una alternativa hacia cambios de fondo.
Por un estilo militante que logre impregnarse y construirse con lo mejor de la ideología de los de abajo, la solidaridad, la modestia, el compromiso y la lealtad para con nuestra clase.
Y este estilo compañeros no es una producción mágica, es un compromiso colectivo irrenunciable que se construye cotidianamente, hombro con hombro.
Por que no hay mayor honor que haber nacido entre los oprimidos
y buscar el camino de la revolución social.
Por anarquistas, por socialistas libertarios.
Arriba los que luchan compañeros!