Saludamos el lanzamiento de la Organización Anarquista de Tucumán.
¡Arriba los/as que luchan!
TUCUMÁN: PANDEMIA, CRISIS ECONÓMICA Y REPRESIÓN
“América latina, tierra indómita y rebelde, heredera de siglos de luchas y resistencias, en donde la magia invade el realismo, lugar en donde estamos pasando por una situación crítica en términos ecológicos, humanitarios y sociales. Hoy asistimos a un punto de inflexión, en donde las amenazas sobre nuestros cuerpos y territorios son cada vez más concretas, es por eso que la indecisión y las medias tintas deben ser combatidas con posiciones y propuestas. Es nuestro deber histórico, como anarquistas, el generar espacios de debate y crítica, en donde prefiguremos los días de lucha que se nos avecinan”.
FAU,“ANÁLISIS DE COYUNTURA LATINOAMERICANA”
21/09/19.
Tucumán tiene una parte no menor en esa Historia de la Rebeldía en las tierras Americanas: de las “Guerras Calchaquíes”, a las luchas contra las dictaduras militares; de los pueblos originarios y su resistencia (ayer, hoy, siempre…), a las familias cañeras desplazadas y les trabajadores de los ferrocarriles; a les estudiantes del Quintazo y les desaparecides del “Operativo Independencia” y el “Proceso”; a les trabajadores desocupades y el movimiento de piquetero… Es esa Historia de la Rebeldía la que nos convoca a cambiar el presente, como anarquistas organizándonos en un espacio político propio, en una Argentina que lleva más de seis meses de cuarentena, con una fuerte recesión en económica, que golpea brutalmente en una provincia que cuenta con una tasa de trabajo informal del 42%.
Desde el fin de la dictadura genocida en el ‘83 han pasado 37 años, de los cuales ha gobernado en Tucumán el mismo partido político durante 33 años; la “excepción” son los 4 años de “bussismo” –1995/99. En los últimos 21 años, 3 administraciones se sucedieron con una “prolijidad” pasmosa: Alperovich fue ministro en el gobierno de Miranda; y Manzur fue ministro de la extensa administración de Alperovich. Dando muestra de una estabilidad institucional, que ronda lo mafioso, en una época en la que el gobierno nacional duraba lo que las horas del día y cuyas consecuencias son difíciles de ocultar actualmente, bajo la presión de la pandemia. Tucumán, una provincia con una rica historia y cultura propia, ha pasado a ser la postal nacional de la desnutrición infantil, del abandono estatal, del clientelismo político descarado y criminal, de la violencia de género y la incompetencia judicial, del gatillo fácil y los linchamientos: de la marginalidad.
Esto ha sido posible porque, tanto durante la década peronista del menemismo, como durante los gobiernos de Duhalde y el matrimonio Kirchner-Fernández, Tucumán fue tierra predilecta para implementar las “innovaciones” económicas y sociales de los gobiernos nacionales; que contaron con la obediente actitud aprobatoria de las autoridades locales: desde los despidos en los ferrocarriles y las privatizaciones, a la flexibilización laboral extrema, o la implementación de los cultivos transgénicos y el incremento de la actividad de la megaminería, siguiendo un claro modelo neo-desarrollista y neoliberal, que ha dejado la más triste consecuencia de nuestros días: actualmente el 41,5% de la población tucumana viva bajo el límite de la pobreza (http://estadistica.tucuman.gov.ar/).
En estas condiciones, la violencia social contra les más vulnerables ha crecido, con la anuencia y la participación de las “autoridades” de todos los partidos burgueses tradicionales. Algo que se registra parcialmente en el incremento de los feminicidios y la violencia de género, en las represiones y los desalojos de familias carenciadas –dejándolas en situación de calle y con niñes-, y en otros ejemplos de tensión social extrema, como los linchamientos y la “justicia por mano propia”. Todos hechos sucedidos en la provincia en las últimas semanas: ecos de la angustia económica y existencial de las clases oprimidas, y de la falta de políticas de contención social realista y de largo plazo. Además, la carencia de infraestructura adecuada a nivel provincial, que asegure igual acceso al agua, la electricidad y la asistencia médica en medio de la pandemia, golpea particularmente las barriadas del Gran San Miguel de Tucumán, previamente golpeadas por la pasta base, las bandas criminales y la violencia policial: y, en la tierra de los siniestros Ferreyra y Bussi, estás ultimas muchas veces se confunden.
Este presente, signado de incertidumbre, incapacidad estatal y tensión social nos convoca: a rebelarnos como anarquistas, organizándonos contra la violencia social, económica y política del Estado, el Capitalismo y el Patriarcado, que golpea a les más vulnerables, a las clases oprimidas, a las minorías (étnicas, sexuales, raciales, etc.): porque en el modelo cuadriculado del gobierno de “todos”, muches no tenemes cabida. Así nuestra propuesta es simple: CREAR PODER POPULAR. El “Poder Popular” es para nosotres, “la creciente fuerza social de las organizaciones de las clases explotadas”, de les excluides, les nadies, “que están insertes en una disputa permanente y organizada” (FARJ) contra el patriarcado, el capitalismo y el estado.
Somos anarquistas y por eso somos solidaries con todas las luchas que expresan las voces de las clases explotadas, de les excluides, de forma autónoma y con una perspectiva clasista, sin partidos políticos y ni electoralismo: porque creemos que la verdadera democracia nace del ejercicio cotidiano, del consenso colectivo y la responsabilidad individual, de la cooperación libre entre pares, del apoyo mutuo… Resumiendo: de la autogestión social y económica, y de la acción directa.
Contra el Capital, el Estado y el Patriarcado!
Ⓐnarquismo Organizado!
Por el Socialismo Libertario!
Viva la Anarquía!
Organización Anarquista de Tucumán
(04/11/20)
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.