Expresamos nuestro pésame y solidaridad a la comunidad congoleña y a la familia de Moïse Mugenyi Kabagambe, brutalmente asesinado en un quiosco de Barra da Tijuca, Río de Janeiro, hace una semana. El joven congoleño de 24 años fue golpeado hasta la muerte por al menos tres personas. Según su familia, había ido al quiosco a cobrar 200 reales, que el quiosquero le debía por dos días de trabajo.
El episodio expone cómo el racismo y la xenofobia matan, y son utilizados por los de arriba para mantener el sistema de dominación. Moïse era un africano negro y un trabajador precario, y acudía a la obra sólo para recibir lo que su jefe le debía.En respuesta recibió brutalidad, e incluso después de muerto fue violado por el Estado, siendo declarado indigente por el instituto médico-legal.
El joven llevaba diez años viviendo en Brasil, y llegó con su familia en busca de una vida digna, huyendo de los conflictos armados de la República Democrática del Congo, que en 20 años han dejado más de 6 millones de muertos y desaparecidos. En Brasil, como miles de inmigrantes negros africanos, se vio obligado a someterse a la precariedad laboral, el racismo y la xenofobia. Las palabras de la madre de Moïse, Ivana Lay, resumen dolorosamente lo que la familia tuvo que afrontar: «Huí del Congo para que no nos mataran. Sin embargo, mataron a mi hijo aquí como lo hacen en mi país».
La muerte de Moïse es también un reflejo de nuestra abolición incompleta, que arrojó a los negros a su suerte, liberados pero sin tierra ni trabajo. Más de un siglo después, los negros representan el 77% de las víctimas de asesinato en el país, según el Atlas de la Violencia. El Estado y el Capital perpetúan el genocidio, y hacen poco para transformar realmente esta realidad, más allá de algunas medidas superficiales.
Este sábado 5, entidades de inmigrantes y el movimiento negro realizarán manifestaciones en algunas ciudades del país para denunciar el asesinato racista y xenófobo. Un primer paso del movimiento popular para que este brutal crimen no sea ignorado. En nuestros espacios de militancia, defendemos y actuamos en la autoorganización de los de abajo para enfrentar la violencia racista de las clases dominantes. ¡Para ello, es necesario el trabajo diario en los diferentes movimientos, en la construcción de un Frente de Clases Oprimidas que pueda destruir el sistema de dominación y construir un Socialismo Libertario, sin fronteras!
¡DOLOR Y LUCHA POR LA MOÏSE!
¡POR EL PODER POPULAR!
Coordinación Anarquista Brasileña
Febrero de 2022