1 – Editorial

EDITORIAL

Tiempo de luchas, indignaciones y de fermentación de esperanzas.

Tiempos también de confusión y claudicaciones

Hay polémicas que aparecen y desaparecen en el tiempo. Hay conceptos y hasta cuerpos conceptuales que reaparecen más de una vez desfigurados, como maltrechos por el choque frente a los acontecimientos históricos. No faltan las teorías que se presentan a la escena como si casi nada hubiera pasado. Impermeables en la coraza de sus dogmas repiten recetas, propuestas que tienen la marca indeleble de un ayer que ya produjo su experimentación y trajo la angustia de su fracaso.

Ante este panorama, confuso en sí mismo, carente de propuestas de cambio, se suman los recauchutadores de este tiempo. Con muchos renegados en la vuelta. Hacen salpicones conceptuales, toman un poco de aquí, otro poco de allá y después salpican todo ello con ocurrencias que uno no sabría cómo calificar por absurdas cuando no altamente peligrosas.

En muchas de estas concepciones y de interpretaciones de situaciones sociales concretas, parece como que la historia se hubiera parado. Las hipótesis sociales de ayer, válidas como toda hipótesis pero al mismo tiempo necesitada de aprobación experimental, se sostienen tal cual o apenas recauchutadas. Aquellas vías y caminos que se dieron contra la pared, que no resultaron nada favorables a los loables cambios enunciados mantienen su presencia. Nada de análisis crítico de rigor sobre los componentes que sostenían tales teorías.

Siendo así el socialismo real, las sociales-democracias, los populismos derechosos, los híbridos liberales socializantes, los militarismos de “izquierda”, no existieron en su expresión total. Son algo así como realidades virtuales de la informática. Algo anda mal en relación con esos anhelos, luchas y sueños de los pueblos oprimidos, que son sí otros pueblos renovados pero que sienten muy parecido a los de antes.

Lo que sigue hoy tan válido como ayer es la utopía socialista, el tener un horizonte a conseguir, el fijarse una meta con el vigor y la fe necesaria. Pero esto, obviamente precisa articularse con la carne de su tiempo, con el análisis de los fracasos, con el rescate de lo positivo, con la producción de la propuesta que anime un proceso. Propuesta que pise firme, sin confusiones y menos que no diga hoy una cosa y mañana otra.

El socialismo, esa utopía, no fue una producción puramente intelectual, él encarna las esperanzas, las luchas, la sangre derramada de tantos hijos del pueblo; el sufrimiento, la indignación, el profundo deseo de cambiar este cruelmente asesino sistema capitalista.

Como siempre, hoy más que nunca, constituye el socialismo la esperanza de orientar la construcción de un mundo muy distinto al existente. Un mundo donde la miseria no esté destinada a las grandes multitudes y el privilegio de poder y riqueza a unos pocos que cada vez tienen más en sus bolsos. Un real ataque a esta estructura de poder dominante que planifica para seguir destruyendo vidas y naturaleza. Poderes dominantes que son verdaderos genocidas y ecocidas.

Son tiempos de reflexión y debate, de no olvidarse del pensamiento crítico, de no tener dudas de los objetivos últimos que perseguimos. Que no sean las distintas ideas y lógicas que pone en juego el sistema quienes finalmente pesen decisivamente en las elaboraciones y propuestas de quienes se autodefinen como izquierda, como socialista o progresista. Un progresismo que insinúa, sin razón alguna, que es la más realista de las propuestas de cambio.

La participación de los pueblos, su libertad en la acción, su protagonismo, ya no parecen ser materia de discusión si de cambios estructurales hablamos. Fuerzas sociales constituidas por pueblos fuertes son la posibilidad. Esa es condición necesaria. Sin duda deberá ir acompañada de componentes ideológicos y políticos para cavar a fondo, para remover lo existente y para iniciar un proceso emancipatorio sin vuelta atrás.

Claro está la Organización política socialista que concebimos debe estar articulado a este proceso, no abarcando campo social que no le corresponde, sino operando con eficacia en la esfera que le es específica.

A esta altura de la historia un socialismo sin libertad no es pensable. Por ello la organización política socialista deberá principalmente priorizar este elemento y unido a él toda una forma de actuación, de organización, de rodaje del proceso de cambio que sólo cuenta históricamente como referentes  con episodios puntuales y aislados.

Es otra práctica política, llena ella de modestia, sin ropaje de elitismo y vanguardismo; sin ideologías de grandes salvadores pero sabiendo que hay un papel primordial, responsable y consecuente a realizar.

Son confusos, están de vuelta o del otro lado del mostrador los que ya no creen nadita en los cambios profundos, en lo que sienten y necesitan los pueblos oprimidos. Unos vegetan con recetas otros reniegan de su pasado. Es saludable y sano cortar de una vez por toda con la gangrena. Vayamos en anca de aquellas tremendas luchas y sueños que nos legaron las generaciones anteriores en busca de nuestro momento militante en este complejo presente.

No negamos que la época es difícil para los intereses de los  de abajo, para procesar los cambios que se precisan, sería de necio no tenerlo presente. Pero que no canten loas prematuras los enemigos y los claudicantes. No habrá fin en la resistencia y la esperanza de los pueblos. No hay fin de la historia.

Los cambios en esta etapa histórica.

En varios planos y diferentes puntos del mundo han ocurrido acontecimientos que tienen el sello de este momento histórico. Hace poco más de un año llegó lo que fue designado como la “Primavera árabe”. Muchos pueblos tomaron las calles con variados reclamos. Casi sobre finales del  2010 fue predominante en materia de noticias  lo que estaba sucediendo en el Norte de África y Oriente próximo. Los primeros enfrentamientos fueron en el Sahara Occidental en el mes de noviembre y seguidamente llegó el levantamiento popular en Túnez. Ya en enero de 2011 comenzaron intensas protestas en Egipto, represión sangrienta que no impidió que las multitudes siguieran saliendo a la calle. Con el correr de los días este movimiento se hizo incontenible y reclamó con vigor la ida de Mubarak. Cosa que finalmente logró. Lo que sigue ocurriendo en este proceso, con tantos componentes sociales distintos en su interior, merece seguimiento. El imperio y fuerzas conservadoras a su servicio estratégico han tomado el poder, pero no parece que aquí esté todo dicho.

Llegarán casi a un mismo tiempo los levantamientos en Argelia, Jordania, Omán, Bahréin, Marruecos, Yemen, Arabia Saudí  y otras de menor intensidad y duración. Lo de Libia merece capítulo aparte. Las causas de estos levantamientos populares fueron múltiples y las motivaciones principales varían de lugar a lugar. Algunas motivaciones son comunes: brutales dictaduras, corrupción desenfrenada, miseria a nivel de amplia población, persecución despiadada a opositores, riqueza y poder en manos de unos pocos. Pero, obviamente no se puede ver este fenómeno como algo homogéneo y requiere él un análisis caso por caso. Distintos estudios señalan que nunca hubo movimientos de estas características y menos en tantos lugares casi simultáneos en esta área. También ha sido notorio que fuerzas imperialistas: EE.UU., Europa, más la constante presencia de Israel, han estado tratando de incidir de las más diversas maneras. Cuidando sus intereses económicos, sus alianzas geo-estratégicas, su influencia política en la mayoría de estos procesos. Han intervenido de acuerdo a lo

que recomendaban sus mezquinos intereses. Armas, mercenarios, servicios de inteligencia, bombardeos brutales, sin faltar la cobertura jurídica e ideológica: las Naciones Unidas con su decisión avalando la matanza que realizaba  la OTAN al tiempo de la difusión del “discurso” de salvar vidas y propiciar democracia. El cinismo criminal conocido y ya poco creativo.

Protestas, rebeldías, revueltas y enfrentamientos armados.                                         

En este marco surgieron en otros lugares luchas populares, protestas que se difundió con el nombre de “Los indignados” tal el caso del M15 en España, las manifestaciones en Wall Street y otras. Las consignas y planteos cubren un amplio, y por momentos confuso, espectro. Bajo eslóganes como «Sal a la calle, crea un nuevo mundo», los ´indignados´ convocaron hace poco a una protesta mundial. Hubo manifestaciones  en  951 ciudades de 82 países, especialmente en protesta contra la precariedad vinculada a la crisis y el poder de las finanzas.                                                                                                  

En Roma los enfrentamientos con la policía dejaron 70 heridos, entre ellos tres graves. Doce personas fueron detenidas.  Madrid y Lisboa fueron los escenarios de las mayores marchas. Miles de personas manifestaron en Washington y Nueva York, donde fueron detenidas 88 personas. En Londres, varios centenares pasaron la noche del sábado al domingo en tiendas de campaña en la plaza ante la catedral Saint-Paul, en el corazón de la City, tras la manifestación de la víspera, marcada también por algunos enfrentamientos y detenciones. En Ámsterdam se colocaron unas 50 tiendas de campaña, colocadas en la plaza de la Bolsa, donde pasaron la noche del sábado al domingo. Ginebra, Miami, París, Sarajevo, Zúrich, México, Lima, Santiago, Hong-Kong, Tokio, Sídney…. La «indignación» contra la situación y cierta parte del orden  existente se expresó ese sábado prácticamente en todos los continentes.

Siria, toda una estrategia complicada para el imperio y sus aliados                       

No hay dudas de que lo que existe, desde hace años, en Siria es una brutal y repugnante dictadura. Persecución, torturas y cárcel para los que protestan o son opositores al actual estado de cosas. Una ostentosa riqueza y bienestar para una puñado de gente vinculadas al régimen autocrático y ni que hablar de la exorbitante vida opulenta de la familia “real”. La corrupción es profunda y enorme la miseria de grandes sectores de población. Pero también surge como verdad que este legítimo y profundo descontento de importantes sectores sociales no constituyen la fuerza que lleva adelante el actual enfrentamiento armado con miras a derrocar a al Assad e instalar otro gobierno.          

La lucha armada que se realiza en varias zonas de Siria está respaldada por fondos, armas, adiestramiento y mercenarios extranjeros. El  apoyo interno ante esta arremetida es limitado y por momentos nulo. El imperio aquí no puede repetir el modelo Libia, tiene que jugarse más a una intervención militar extranjera algo más directa.                

La enorme campaña de propaganda montada acompañada de la diplomacia correspondiente, más la presión para que organismos internacionales apoyen una intervención “humanitaria” tiende a ese fin de intervención directa, seguramente vía OTAN. Lo que se quiere es imponer un régimen títere con miras a aumentar, en la actual coyuntura, el control imperial occidental en Oriente Próximo. En perspectiva estratégica está, entre otras cosas, el aislar más Irán. Ese demonio visualizado por el imperio y sus socios como un enemigo principal. Aislado totalmente queda a merced de un ataque militar de Israel y de Estados Unidos cuando lo consideren oportuno. De paso se sacarían de encima un régimen amigo de China y Rusia. Potencias que han impedido que salga adelante en el Consejo de Seguridad de la ONU la propuesta del imperialismo yanqui y sus socios haciendo ellos sus cálculos de cómo afecta esto su estrategia general y especialmente para el área.  Potencias que son hoy competidores en economía e influencia política en regiones enteras que el imperio quiere seguir controlando a su antojo. En esta maniobra estratégica juegan papel subordinado al proyecto imperial los Estados del Golfo.                                                                                  

Los planes del Departamento de Estado, OTAN mediante, es destruir a quien estima como principal amigo de Irán en Oriente Próximo; por su lado las monarquías absolutistas del Golfo, con dependencia política del imperio, tiene como profundo deseo la instalación en Siria de un régimen más acorde a sus intereses. En tanto el propósito del gobierno turco es la instalación de un régimen dócil a las orientaciones de la versión del capitalismo islámico de Ankara. Por supuesto no faltan elementos étnicos y religiosos que también juegan su papel en todos estos procesos.                                   

Queda claro que aquí no hay la más mínima preocupación de democracia y libertades dentro de los gobiernos que participan en este enfrentamiento con esta Siria que es tan dictatorial y despótica como ellos. Los Estados del Golfo que colaboran directamente con la política imperial y que financian parte de las armas y mercenarios son monarquías absolutistas.  Ni por asomo esa “intervención humanitaria” que no es otra cosa que vacía cobertura ideológica. Un documento nos dice: “Los reyes y los emires de los Estados del Golfo proporcionan estos combatientes. Turquía proporciona las bases militares y controla el flujo transfronterizo de armas y el movimiento de los dirigentes del llamado “Ejército Sirio Libre”. Estados Unidos, Francia e Inglaterra ofrecen las armas, el entrenamiento y la cobertura diplomática”.                                         

Las fuerzas opositoras, descontentas con el régimen por su política hambreadora, corrupta y represiva ha ido quedando de rehén y más que nada a esta altura aporta las víctimas. Pues los pueblos tomados por aquellas fuerzas vinculadas al imperio y sus secuaces además de tropelías con la población civil obligan a beligerar, pueblo que por otra parte recibe la brutal y asesina represión de los bombardeos y de los disparos de tanque que arrasan casas y edificios enteros.                                                                    

Balas, intereses imperiales, gobierno déspota, riegan hoy las calles con la sangre noble del pueblo sirio que nada positivo puede esperar para él de esta contienda.

América Latina, gobiernos y pueblos

En América Latina, o con incidencia en su vida, han ido apareciendo nuevos organismos a nivel de la estructura del poder dominante. Dicen cumplir roles diferentes, algunos especialmente económico,  pero todos ellos tienen fuerte implicancia en el campo político. Logran, como corresponde, efectos específicos que es necesario ubicar para leer el presente en este campo particular. Demás está decir que este no es el campo específicamente de los de abajo. Dentro de una misma matriz capitalista constituyen cierta nueva configuración que crea espacios singulares.

El ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina) enlaza a docenas de países Andinos y del Caribe en un pacto de integración regional. Venezuela fue impulsor de esta iniciativa…

La Unasur (Unión de Naciones Suramericanas). Nuestro conocido Mercosur (Mercado Común del Sur). BRIC que se refiere a esa particular relación establecida entre  Brasil, Rusia, India y China (hoy incluye a Sudafrica) y que han tenido más de un encuentro y esbozado algunos proyectos.

Se contabiliza que estos organismos mantienen autonomía y rechazo a la que fue la todopoderosa OEA (Organización de Estados Americanos). Organismo dominado por  Estados Unidos que a través de él instrumentó determinadas políticas imperiales durante largo tiempo.

Algunos efectos que se destacan de esta nueva situación son: oposiciones en América Latina al Tratado de Libre Comercio con EE.UU.; crecimiento del comercio interregional;  la necesidad de Estados Unidos de buscar acuerdos bilaterales de libre comercio con Panamá, Chile, México y Colombia.  En general la existencia de grados de cierta relevancia respecto a enfrentar la política crudamente imperialista de otros momentos.

Esto se fue dando en un contexto en el que las grandes potencias, con EE. UU. A la cabeza centraron su accionar especialmente en guerras ocupacionales y diversas políticas de rapiña, opresión y represión en distintas partes del mundo. Esto les trajo desgaste de importancia y afectó su economía interna y situación social. A lo que hay que sumar la llamada crisis que el gran robo del capital financiero produjo. Según datos precisos todo ello no afectó al arriba, a los ricos y poderosos que están ya hoy en situación similar al periodo anterior y en algunos casos mejor que cuando la crisis. Claro está que la situación que vive la población es muy distinta.

En otro escenario se estaba dando un dinámico crecimiento de los mercados asiáticos, especialmente China que daba a América Latina una oportunidad histórica para diversificar sus mercados, incrementar el comercio y asegurar precios favorables para sus exportaciones. Tal es así que, por ejemplo, hoy el intercambio comercial de Brasil con China supera al que realiza con EE.UU.

Los datos nos dicen que el comercio de algunos países latinoamericanos con China ha reemplazado a los Estados Unidos y la Unión Europea como principales socios comerciales.  Al mencionado Brasil hay que agregar: Argentina, Chile y Perú hasta el momento. Las perspectivas, por un tiempo, pueden ser de aumento, pues Asia sigue creciendo rápidamente en más del 8%, mientras las economías de Estados Unidos y la Unión Europea enfrentan profundas dificultades. Se habla de una desaceleración del crecimiento chino en los próximos años. Si es así tendrá que verse que afectos acarrea esto a los países de América Latina.

La incidencia de China hoy en el área latinoamericana es muy grande. Veamos algunos datos. Durante las crisis financieras de 2008-2010 América Latina pudo acudir a China para financiamiento: el crédito otorgado a la región creció desde mil millones de dólares en 2008, 18 mil millones de dólares en 2009 a 36 mil millones de dólares en 2010.

Entre 2005 y 2010, China prestó a América Latina 75 mil millones de dólares y para el 2010 sus préstamos superaron los préstamos combinados del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Las menciones, muchas de carácter económicas con sus correlato político tienen un carácter general, que si bien cierto, deja un gran campo a la confusión y la distorsión. Por momentos casi sugieren a América Latina como un bloque con una política propia. Como teniendo una coyuntura propicia muy semejante para todos sus países. Esto no es ni por asomo tan así. En los países de América Latina hay un entramado con varias mezclas y distintos propósitos que son necesarios registrar para tener una noción más cercana a la “verdad”. Las realidades dentro de cada país son muy específicas, y aún aquellos puntos que parecen comunes lo son solo en parte.

Demás está decir que la situación de la población pobre, de los de abajo, en esta coyuntura que tantos especialistas estiman  favorable, no cambió esencialmente. Una minoría vinculada a la estructura de poder se alzó con la gran bolsa. Para decirlo rápidamente los ricos han logrado ser más ricos. Esto ha ocurrido en casi todos lados, sea del tinte que sea el gobierno: progresistas o afines. La tan mencionada “redistribución de la riqueza” no asoma en el horizonte. La “situación favorable”, los cambios, los nuevos espacios, es tema a analizar con sumo cuidado.

Lo que se presenta es que algunos países, con una combinada estructura de poder,  que privilegia a las clases dominantes, y a ciertas multinacionales, van obteniendo eso que llaman desarrollo. Lo hacen de forma que no escapa a la matriz perversa del sistema. Aprovechan  la famosa coyuntura favorable y tratan de ir proyectando estrategias que irán arrasando con  lo que se oponga a ella si la relación es con países con menos potencial, así sean sus vecinos y hasta por el momento socios. Como ejemplo paradigmático tomaremos en esta oportunidad, aunque sea de manera breve a Brasil. Ello por constituir su estrategia toda una intención un tanto malévola.

Como es sabido Brasil ocupa el 47% del área de América Latina. Tiene 8.514.876 kilómetros cuadrados. Aparece como una potencia en la región y desde hace cerca de 70 años, viene con una orientación, en lo fundamental, que comprende los conceptos del desarrollo capitalista. Esto significó cierto desarrollo en algunas regiones y gran miseria en otras. Dentro de este esquema que muchos califican como de “Capitalismo dependiente”, tiene hoy cierto momento de auge. Con sutileza y a veces sin ella va reforzando una política ya por muchos calificada de subimperialista. En esa perspectiva es que ve a sus socios vecinos. Política que por periodos tuvo un fuerte apoyo del imperio yanqui.

Parado en la teoría y práctica del imperialismo hace su trabajo con la autonomía relativa que tal tejido de relaciones habilita. Entendimiento básico con el imperio y ciertos enfrentamientos de menor calado y buscando hegemonía regional.

Hay una cadena de intervenciones de tipo imperial de Brasil en el área que sería larga detallar. Toda ella durante este proceso de “desarrollo” que hoy brilla, por supuesto para beneficio de unos pocos aunque arroje alguna puntita hacia los de abajo.

Pero tenemos una cita de estudiosos del tema que es por demás gráfica:

“Con la llegada de Luis Inácio Lula da Silva al poder, empezó también una nueva ola de internacionalización de la economía. En ese aspecto, el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDS) ha cumplido una misión muy específica. Trata de financiar obras de grande envergadura en los países vecinos como Perú, Ecuador y Bolivia, imponiendo a esos países compañías brasileñas como la Petrobras, Odebrech, Andrade Gutiérrez y otras. Su actuación en esos países es la misma que cualquier otra transnacional de nivel mundial, con toda su carga de problemas y conflictos con las poblaciones locales. Basta recordar lo que pasó en Bolivia con la cuestión del gas, luego de que asumió el poder Evo Morales, cuando el país vecino intentó cambiar los acuerdos que tenía con la Petrobras, con los cuales Bolivia estaba siendo desangrada. Las declaraciones de los políticos y empresarios brasileños fueran las típicas del imperio. Se hablaba incluso de guerra. También podemos apuntar la destrucción del ambiente cometidas por empresas brasileñas en Ecuador, con recurrentes conflictos con las comunidades indígenas, y la reciente cuestión que involucra al BNDS y a 63 comunidades de un Parque Nacional en Bolivia, donde el gobierno empezaba a construir una carretera que más servía a los intereses de Brasil que de Bolivia”.

Por su lado el ex-ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Soliz Rada afirma: “las líneas maestras de la política bandeirante (de Brasil) no tienen freno. Brasil está promoviendo una geofagia en América Latina…Su base de sustentación está en la burguesía de San Pablo, que convirtió a Brasil en acreedor del FMI, incrementó su influencia en el Banco Mundial, privatizó un tercio de la Amazonía en favor de ganaderos y madereros, logró que IIRSA se acomode a sus intereses de infraestructura vial, compró a Francia un submarino nuclear para proteger sus reservas de gas junto al mar, para luego anular la adquisición de aviones franceses y reemplazarlos por otros de fabricación estadounidense”. Esto último parece tiene últimamente otro giro. Como que iría nuevamente hacia Francia la compra de tales aviones.

La operatividad de multinacionales brasileras y otras de capitales mixtos operan ya a nivel mundial y en dimensiones gigantescas.   Por ejemplo, Vale do Rio Doce Es la mayor productora de hierro en el mundo.

Tendremos otras novedades en esta coyuntura histórica. Hoy nomás está esa decisión del Gobierno argentino que propone cierta expropiación de YPF y declara de interés público el autoabastecimiento de combustible. Gobierno que ha reprimido y demonizado constantemente luchas populares. Ahí están los docentes de Neuquén atacados por cortar una ruta. En fin, no son pocos los hechos y análisis que tendremos por delante con miras a ubicar en su justa dimensión determinadas temáticas.
Otra coyuntura y etapa histórica y la lucha de siempre para los pueblos                       

En todos estos años, gobiernos llamados progresistas, nuestros pueblos latinoamericanos han estado librando diversas peleas. Movimientos indígenas, movimiento de trabajadores, estudiantes, barrios con tareas comunitarias, empresas recuperadas, por trabajo, por vivienda, en defensa de DD.HH. y contra la impunidad.   La lista de estas luchas sería larga y dejaría más en claro y al descubierto la política real de gobiernos de verborragia  progresista y hasta por momentos izquierdosa. Muchas de esas peleas populares no son las de carácter tradicional. Tenemos ahí nomás, a tren de ejemplo, la librada por los indígenas en Bolivia contra el intento de hacer una carretera por el medio de su territorio. Proyecto de tipo IIRSA y con el gobierno de Brasil atrás. Contra esto fue que se dio la marcha de los indígenas amazónicos en lucha con la propuesta de realización de dicha carretera que atravesaría el tipnis (territorio indígena parque nacional Isidro Sécure)

Cientos de efectivos policiales reprimieron brutalmente a mujeres, niños, ancianos y hombres indígenas que protagonizaban desde hacía 41 días la marcha con la consigna:”Por la Defensa del Territorio, la Dignidad y la Vida”.

El Comité de Comunicación de la Marcha reportó en ese momento que falleció un bebé indígena de tres meses, a causa de los gases lacrimógenos utilizados en la represión policial, que 37 personas fueron reportadas como desaparecidas, entre ellas siete niños, dos centenas de detenidos fueron liberados por acción de la población solidaria.  Pero la represión no pudo, algunas columnas de manifestantes se rearticulan para continuar su avance hacia La Paz, sede de gobierno de Bolivia y hacia allí fueron.

Aquí además queda en evidencia como se sigue fiel a esa matriz de “desarrollo” que ha tenido el capitalismo hasta nuestros días  y que es piedra angular de la política que beneficia a los países llamados desarrollados. Política imperialista sin duda que prepara la infra para llevarse todo lo que necesita para sus mezquinos intereses y para beneficio de ese 1% que tiene la riqueza y el poder. Para llevarse: agua, petróleo, hierro, madera, alimentos etc. Esas son las inversiones que las multinacionales y algunos capitales estatales de los países llamados desarrollados están ofreciendo. Las mismas que casi todos los gobiernos del área piden a grito y hablan con orgullo y alegría cuando las “consiguen”.

Algunos de estos proyectos ya están en la vuelta en Uruguay. En la base fundamental y contenido de estos proyectos es más que posible que se consiga hacer “política de Estado”. Vale decir, causa común con quienes siempre se han identificado con los intereses de los de arriba y si son extranjeros poderosos mejor. Esa misma “política de Estado” que se acordó para un programa de enseñanza que sigue las coordenadas de organismos internacionales muy fieles a políticas imperiales. De todas maneras el gobierno para ellos contará con apoyo del FMI, (organismo donde Tabaré Vázquez circula como asesor), del BID y otros.

Cuando hablamos de represiones en tantos lugares de América Latina contra los pobres se nos viene a la memoria espontáneamente, quien sabe porque mecanismo psicológico, esos operativos que vimos y vivimos con profunda indignación. Ese ataque a los barrios pobres con ese fondo de “vigilar y castigar”, de meter miedo, de disciplinar, de hacer sentir el garrote y la presencia del poder. Allí llegan los saturadores con sus armas, sus cascos, su helicóptero, su furia. Verdaderos bichos represores. Todo un modelo con componentes de fondo fascista. Después lo acompañarían con lamentables discursos que pretenden cobertura ideológica. Nada originales ellos, los que siempre hemos escuchado, solamente que ahora en otras bocas. Los que más quedaron hundidos en la pobreza, los hijos predilectos de la producción de miseria del neoliberalismo pasan al grado de los victimarios de la sociedad toda. Que perversa lógica. Tampoco faltará garrote a mansalva para vecinos de La Teja y el Cerro que reclamaban que el Liceo estuviera en condiciones dignas para el estudio de sus hijos. Y los verdugos, asesinos y torturadores que tal ¿siguen por allá en la cárcel de lujo? Sí,  bien tratados y con ejecución de políticas que procuran de que no aumente el volumen de ellos. Con sutileza a veces, otras no tanto, la impunidad se cubre y vaya que se sigue cubriendo. Bueno a veces sin mucha sutileza y algo de Whisky. Pues un ministro robusto putea a todos los que siguen diciendo que no olvidan ni perdonan a todos aquellos, militares, civiles e imperio, que secuestraron niños, que ejecutaron militantes, que “desaparecieron luchadores”, que torturaron y violaron en gran escala, que ultrajaron a la población toda, que la sumieron en esa larga noche de terror. Que te recontra.

Con la lucha de los pueblos por un cambio de sistema                                                   

Construir pueblo fuerte, construir poder popular.                                                         

Tienen hoy los pueblos, tiene hoy la militancia el desafío de siempre. Se trata como tantas veces en la historia de ajustar la propuesta de ruptura a las nuevas condiciones históricas. Pero no abandonando nunca, reiteramos, las ideas guías, la utopía, la meta. El rumbo hoy como nunca descansa en un proceso que vaya acumulando en pos de la desestructuración de este ordenamiento miserable. Las tareas serán muchas, complejas y largas pero no serán de la magnitud del sacrificio y esperanza que han tenido los pueblos, los de abajo, en toda esta miserable historia.                                                         

Como lo ha ido demostrando la experiencia histórica y tantas premisas caídas no hay lugar para el cambio verdadero en el seno de los mecanismos que nos regala el sistema para que ahí hagamos nuestra tarea. Quien ha entrado en esa red que teje el sistema se ha mimetizado con ella. Creemos hoy y aquí que no es necesario presentar ejemplos.

Nos quieren hacer esclavos del “sentido común”, de ese conjunto de ideas que ha impuesto el sistema como un discurso indiscutible, como la verdad misma. Fuera de él todo resultaría absurdo, ocurrente, fuera de lugar. Es trampa ya junada, son muchos los estudiosos que le han dicho: “te vi”. Pero, es cierto, todavía tiene su operatividad y por momentos mucha. No planteamos un proceso de poder popular desde la nada. Sabemos que el tránsito hacia una sociedad distinta lo debemos hacer dentro de este sistema. Pero la experiencia vivida indica que hay medios, orientaciones, uso de instrumentos, utilización de instituciones, formas de organización de actividades sociales, que deben ser desechados si es que queremos ir conformando fuerzas sociales capaces de producir verdaderamente cambios en las formas de la organización social. Otro encare es  alternativa imprescindible si queremos ir construyendo una sociedad distinta. Que tenga como mira conformar un  modo distinto para el conjunto de las relaciones sociales que componen una sociedad.

Hay una larga experiencia en lo que es tratar de elegir caminos cortos por parte del socialismo, de progresismos y de otros movimientos que postularon abatir el capitalismo. Todo ello en nombre del realismo, de la necesidad de ver con pragmatismo el trayecto hacia el cambio. Descubren de nuevo la pólvora, dicen posible elegir rutas donde se pueden hibridar a nuestro favor de aspiraciones de cambio los mecanismos de reproducción del sistema.  Esa carta ya está jugada y resultó totalmente falsa.

No queremos tropezar en la misma piedra una vez más. Como dijera Lean Felipe, ya están sabidos todos los cuentos, están sabidos todos los discursos legitimante de lo existente. El camino emancipador es complejo pero tiene su ruta propia. A caminar todos los días  compañeros por ese gran barrio de los pobres del mundo. 

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