4 – Actualidad, Crítica. Sebastian Gómez.

Salú compañeras y compañeros:

Antes de comenzar esta oratoria saludar a los jóvenes chilenos como a todo el pueblo que a rodeado esta protesta, que ha ganado las calles en justos reclamos sociales sobre un tema tan sentido como la educación, y que al mismo tiempo pone en tela de juicio este ordenamiento actual, este mundo de injusticias.

Valla entonces desde aquí hermanos chilenos nuestro aliento de no resignación y arriba los que luchan!!

Nos encontramos en este más que sentido aniversario, posiblemente para nosotros los más jóvenes este acto tenga una carga importante de responsabilidad, de continuidad y compromiso con la lucha, de una organización que ha contado con el aporte anónimo y modesto de un sin fin de queridos compañeros que lo han dado todo.

Una organización que ha sabido, a la luz de los cambios históricos, de las nuevas coyunturas, de los nuevos conocimientos, delinear y transitar líneas estratégicas, acordes para las diferentes momentos  que ha atravesado nuestra clase.

Con aciertos y errores, no podría ser de otra forma, sería infantil el creerlo diferente.

Pero al mismo tiempo con la certeza y la convicción de que sigue siendo el socialismo la única alternativa posible para nuestros anhelos de justicia.

Un socialismo que entendemos como un largo camino, el cual es impensable transitarlo si no es con la libertad como horizonte.

Una construcción que debe desde sus propios pueblos, desde sus cimientos mismos, ir transformando las estructuras sociales al mismo tiempo que garantizando y profundizando libertades, construcciones colectivas, ensanchando al individuo en las responsabilidades y pertenencias comunes, en su sentimiento de pertenencia y lealtad para con una clase, para con un pueblo.

Esta claro que el transito hacia una sociedad distinta debemos hacerlo dentro de la sociedad actual, dentro del sistema de dominación capitalista, y que el mismo va atravesando distintas etapas, va articulando toda su estructura, todo su andamiaje en los distintos periodos históricos en que le ha tocado existir.

Pero que a la luz de la experiencia histórica reafirma y consolida que dentro de sus canales, de sus instituciones, solo es posible producir y perpetuar la opresión para los pueblos.

Justamente como transitar en el marco de una estrategia de resistencia es el desafío para nuestra corriente libertaria. Como construir fuerzas sociales que estén impregnadas de practicas radicales y que en el universo ideológico de los de abajo encuentren andamiaje.

Ir dando pasos certeros en ese sentido, apostando a experiencias comunes como lo es el encuentro latinoamericano de organizaciones populares autónomas el cual año tras año se va enriqueciendo en su participación y va aumentando su caudal social-político en la construcción de poder popular.

Parecería indicar este momento especifico que el dotar de elementos de ruptura nuestro discurso-practica jugaría un papel importante a la hora de no dejarse entreverar con caminos cortos, mal llamados realistas, que terminan queriendo depositar todo un caudal social político, una experiencia de nuestra clase, de nuestro pueblo en las estructuras del Estado, en el mundo “institucional”.

Ir aumentando la agresividad ideológica, en el seno de nuestras prácticas y orientaciones cotidianas, no hablamos de ideología en el sentido retórico del asunto claro esta.

Hablamos del concepto ideología en la perspectiva de la experiencia popular, esas ideas fuerza que han movido montañas, del odio a la injusticia, de las practicas sociales de solidaridad entre los de abajo, de enfrentamiento al atropello, a la barbarie de sueños, anhelos y esperanzas de un futuro digno.

Nos atrevemos a decir que no hay nada más real que apostar al protagonismo popular, a la construcción de un pueblo fuerte, dispuesto a la pelea, capaz de arrancar conquistas, mejoras, derechos,  y a la luz de sus propias conquistas y niveles de organización ira dotándose de aquellos imprescindibles elementos de ruptura revolucionaria.

Pero para que ello suceda debe la organización política enraizada en los problemas de su tiempo, en las luchas cotidianas,  desde su esfera específica contribuyendo en este proceso de transformación.

En esta misma perspectiva es que el escenario actual de nuestro continente nos ha ido delineando algunas precauciones.

Dentro de lo que podríamos llamar las distintas políticas y formas de penetración imperialista en nuestra región no encontramos actualmente enfrentados al plan IRSA.

Montar y dotar de la infraestructura necesaria para la usurpación de nuestros recursos naturales es eje medular del mismo. En este sentido se han efectuado ya distintas medidas y obras en la región, las mismas han estado y están queriendo legitimarse en los discursos políticos que nos hablan de productividad y desarrollo.

Ahora bien, sería bastante arbitrario y antojadizo plantearnos que todos los gobiernos de nuevo signo en el continente serían un mismo paquete, algo idéntico.

Sin duda que estamos hablando de pueblos con similitudes y diferencias, de procesos particulares. Pero bien esto no nos impide poder destacar algunos aspectos medulares en lo que refiere a políticas institucionales.

Se ha querido en esta etapa última despojar al socialismo, a la corriente socialista y toda su historia, todo su saber, de elementos de ruptura. Se ha querido depositar el caudal social y popular en gobiernos de nuevo signo, es mas se ha querido describir el escenario de cada lugar haciendo referencia únicamente a las medidas de tal o cual gobierno, desconociendo por completo la historia de los pueblos que allí han escrito resistencias y luchas.

En su capacidad de despliegue, producción y reproducción el sistema de dominación va tejiendo alternativas de recambio adecuándose a coyunturas y características propias de cada lugar, intentando encausar y coptar por sus canales y circuitos la inmensa cantidad de expresiones de resistencia, de lucha y rebeldía de los pueblos oprimidos, y en esta etapa hemos asistido a un avance en este sentido.

Es que en la estructura de determinadas corrientes de vanguardia, en sus cuerpos conceptuales, en determinadas elite, el escenario político siempre se encuentra arriba, y política siempre se hace desde el Estado. Nada nuevo, primero llegar y luego cambiar. Como si cambiar no fuera un proceso, una construcción. Es el concepto de poder que cree que únicamente en las estructuras del Estado se concentra el mismo. No tiene presente el montón de andamiajes de poder, su circulación en distintos campos y esferas, su capacidad de reproducción.

Hacer un esfuerzo importante a la hora de ubicar determinados fenómenos, lograr acercarnos al conocimiento del funcionamiento de las distintas estructuras del sistema en cada etapa de su desarrollo, en lo que hace a lo económico, lo político-jurídico, lo ideológico es tarea de primer orden para una organización política.

Ahora cuidado que no estamos hablando del conocimiento desde una perspectiva de cátedra revolucionaria ni mucho menos, hablamos de una perspectiva de formación permanente que dote a la organización política de herramientas y conceptos para gravitar, para construir ruptura y discontinuidad en varios planos de la escena social política.

Dotando todo nuestro discurso práctica de elementos de resistencia y ruptura, de proyecciones de largo aliento, en las cuales será imposible evaluar en su cabalidad en lo inmediato, si bien habrá elementos que irán vislumbrando potencialidades y carencias, será la permanencia en el tiempo  en una línea coherente para con una estrategia revolucionaria la que ira finalmente dando sus frutos.

Romper con la fragmentación, unir con lazos solidarios todo el vasto campo de luchas y reivindicaciones de los oprimidos, ir hacia la construcción de un frente de clases oprimidas que protagonice luchas, resistencias y ponga en protagonismo a los intereses populares, dando

batalla cotidiana a la criminalización de la pobreza y que valla sentando las bases de otra forma de hacer política, construyendo poder popular, serían los desafíos que nuestra corriente tendría por delante en esta etapa.

Construir en una dinámica de participación, acción directa, donde el universo ideológico de los de abajo valla encontrando sus propias fortalezas valla rompiendo con la atomización y el individualismo del cual se lo quiere impregnar, valla rescatando y fortaleciendo sus prácticas de solidaridad y lucha.

Estas líneas de acción, estos envases requieren necesariamente de la organización política.

Una organización la cual se va transformando en las luchas de su tiempo.

Capitalismo humano, sensible para con los más jodidos, nuestro país y los discursos y medidas de este gobierno son mas que representativos en este sentido.

El mensaje para el pueblo todo, para nosotros los jóvenes tiene implícito el no revolución el conformismo, la resignación y el hace la tuya.

El mensaje para nosotros los jóvenes nos indica permanentemente que debemos de tener actitudes pasivas, contemplar la injusticia para con los de abajo, que nuestros enemigos se encuentran alado nuestro y debemos mandarlos en cana y cuanto antes mejor.

Incluso desde los medios de comunicación, esos medios productores y reproductores de ideología, esos medios que penetran y contribuyen con las clases dominantes ahora se nos quiere legitimar al aparato represivo, a la milicada en nuestros barrios, se quiere blanquear haciendo trinchera común la clase política toda y todos sus cómplices a ese institución que históricamente ha demostrado su rostro de violencia y odio para con los de abajo.

Es que en esta etapa del sistema capitalista parecería no caber ni siquiera políticas reformistas, a lo sumo un poco de eso, de mejoras. Un mejorismo fuerte eso sí. Un mejorismo que intente con un discurso único hacer bandera común con la clase política toda. Que fortalezca la institucionalidad burguesa y al mismo tiempo el sistema de dominación y sus estructuras, de esta forma aparece un viraje importante acerca de cual sería el escenario político, justamente a partir de la concepción que plantea que los cambios vendrían desde arriba, que lo importante en este momento es poder mantener el gobierno es que las políticas, los discursos comienzan a transformarse y formar parte de esta lógica. Es así que la pelea por espacios de poder, por acuerdos electorales pasa a tener relevancia absoluta, y el escenario por excelencia se ha transformado en el parlamento, el ejecutivo y Broveto.

Adiós comité de barrio, adiós comisiones de ddhh,

No es un pueblo fuerte quien arrancará mejoras, quien protagonizara luchas y resistencias, es un parlamento fuerte…

Que consolide al mismo tiempo un discurso único que vaya legitimando al estado y su clase política como hacedor de mejoras para el pueblo, que invierta el discurso y la experiencia, que borre la rica historia de los pueblos esa que nos dice que de arriba solo ha venido miseria y garrote para los de abajo y que las mejoras, las conquistas son hijas de la lucha de un pueblo fuerte que ha sabido encontrar sus propios caminos con aciertos y desaciertos.

De la lucha de un pueblo que a dejado claro que no va a olvidar ni perdonar los crímenes del terrorismo de estado, que seguirá arrancando pedazos de justicia, que seguirá señalando y presionando desde diversos espacios sociales, comisiones barriales, culturales, ateneos, plenarias, sindicatos, desde la lucha incansable de madres y familiares, sí compañeros es desde allí que se ha mantenido el tema, que se ha obligado a la clase política toda a acusar recibo de los crímenes cometidos, de la impunidad reinante, que se ha puesto en tela de juicio permanentemente todos los intentos de reconciliación, que se ha puesto en tela de juicio el manejo grosero, insensible y politiquero del asunto.

Que se ha demostrado que ese pedazo de pueblo, esa historia de lucha y entrega es patrimonio de los de abajo, que los luchadores han sido y seguirán siendo hijos de nuestro pueblo, patrimonio de nuestra clase.

O acaso no tenemos presente todos ese sentimiento de ni olvido ni perdón, ese que nos empuja a decir una y otra vez que nada ha sido en vano, que seguiremos tomando y levantando las banderas de todos los luchadores, aquellos incansables que enfrentaron con dignidad, convicción y valentía, con modestia y esperanza lo peor de la violencia de los de arriba.

El individualismo, la resignación, el olvido y el perdón no lograran sepultar los anhelos de justicia de nuestros pueblos.

La historia no ha terminado, es mas ella nos indica un camino a seguir, nuestros pueblos, aquí y allá, el universo de los de abajo y sus luchas y sus resistencias nos empujan a dar lo mejor de nosotros, a poder aportar desde nuestras humildes fuerzas todas nuestras ganas, todo nuestro empuje, en la lucha cotidiana por el socialismo y la libertad.

Nuestra corriente libertaria nos desafía a asumir con responsabilidad y compromiso el tiempo que nos ha tocado vivir.

Así como nosotros hoy intentamos tomar lo mejor de la entrega de nuestros queridos compañeros, lo mejor de la historia de lucha y no claudicación de nuestro pueblo, de nuestra clase, así asumimos que nuestra practica política de hoy ira sembrando y construyendo la continuidad futura.

Con aciertos y con errores, con amplitud y firmeza, pero con la convicción de que en este mundo de injusticias, en este orden actual, no hay lugar para los pobres, y que de las clases dominantes, del Estado y sus instituciones solo habrá mas  miseria y mas garrote para los de abajo.

Mientras alla opresión habrá resistencia y lucha y esa lucha nos ira marcando un camino, un saber en el cual los anarquistas hemos estado y seguiremos estando presentes, desde nuestro puesto de lucha, intentando siempre mantener un estilo militante combativo, de arrimar el hombro, sin dogmatismos, sin sectarismos, renovando esperanzas y sueños de un futuro de libertad!

Por la construcción de la resistencia popular

Por el socialismo y la libertad

Arriba los que luchan

 

 

 

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