Contra el garrote y la represión! A nutrir la Resistencia con Solidaridad

Contra el garrote y la represión! A nutrir la Resistencia con Solidaridad

La lucha por la educación y la constante solidaridad de todos los tiempos.

Se ha perpetuado por mucho tiempo ya, en la tolerancia del Poder Ejecutivo, la lucha por la educación en Uruguay. No esperaban esta respuesta en todo el Uruguay, y menos que salieran a la calle y sostuvieran las medidas de luchas los sindicatos de la Educación, un creciente movimiento estudiantil, muchos (todos) los sindicatos en solidaridad con Paros y Huelgas en solidaridad con la lucha para que la enseñanza crezca como inversión del país. Se suma en esto un vasto recorrido de organizaciones sociales, más una novedosa red de apoyo de padres y madres y organizaciones de los barrios junto a las zonales de los sindicatos han asumido los contra cursos que en todas las huelgas de esta rama del trabajo se imparten.

Es justo afirmar que una gran salida a la calle y a la lucha ha sido en respuesta a las medidas de embate contra los trabajadores y estudiantes que impartiera el poder ejecutivo colocándolos como servicios que debe cumplir con la esencialidad. Les había funcionado para destrabar y someter varias huelgas grandes como en la Salud y en los Municipales por asuntos de limpieza,  pero en este caso, contra esta lucha una importantísima parte de la población tomó esto como una gravísima agresión, incluso, a la democracia del propio modelo republicano. Fueron de a 5, 10, 20 miles, 50 miles,  una grandísima expresión de rumbo y horizonte que nuevamente a oídos y posturas de los gobernante parece no llegar a importar, ni mover un pelo.

Centrar en todos estos episodios de lucha por la educación la solidaridad brindada por todo el movimiento popular no sería algo desmedido. Porque fue una muchedumbre gigante en las movilizaciones con la presencia de los sindicatos con sus banderas y también con sus reclamos teniendo eco en el conjunto. Llegarían y están las ocupaciones de los liceos, están apoyando en la organización, y se suman con la solidaridad que más llena y más se puede comprender cuando se está peleando.

Esta solidaridad desde las raíces del movimiento obrero y popular ha sido la unión, ha sido la fuerza. ¿Qué sería de aquella categórica leyenda que reza que “la unión hace la fuerza”, o las de “el pueblo unido jamás será vencido”, y de la de “Obreros y estudiantes, unidos y adelante?. ¿Qué es lo que alimentó a centenas y millones de personas a movilizarse contra las guerras, por la revolución cubana, por los vascos rehenes del gobierno “máximo neoliberal” de Lacalle?. Sin ser cubanos, ni vascos, ni iraquíes, sin sentir nación alguna que no separe y sin calculadora política mediante a la hora de dar la entrega por ideales de justicia y libertad, allí la Solidaridad ha sido el motor de las resistencias de los de abajo, de los obreros, “de los pobres del mundo”.

Cuando la soberbia del “no te escucho” no alcanza.

Luego de una obscena soberbia, oído sordo, y autoritarismo por parte del poder ejecutivo, la Coordinadora de Estudiantes de la Enseñanza Media (CEEM) resuelve ocupar el edificio donde se encuentra ocupado el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de la Educación Pública (CODICEN). La organización del gremio reclamaba dialogo y el mismo mensaje complementario que todo el movimiento por la educación exigía. Desde el pasado viernes 18 se venía desarrollando esta medida que desde el día domingo fue comenzando a ser amedrentada por el grupo de coraceros  y la policía. El poder ejecutivo asumió una estrategia de diálogo que supuso dejar a los manifestantes sin alimentación ni recursos elementales tanto para sostener la medida como para la vida en sí. Éste es el lenguaje del gobierno, así es que él habla. El mismo lugar duro y frío que ocuparon sus peores anteriores sin capacidad de diálogo y buscando que sus emisarios de turno de las históricas castas burocraciales hicieran el trabajo sucio.

El día lunes 22 ya sería distinto. Durante la tarde ya comenzó un nuevo cordón represivo a instalarse conformado por el grupo de reserva táctica (GRT) de la guardia republicana dispuestos a desalojar el edificio a como fuera. En ese edificio funcionan además del CODICEN otras oficinas de organismos públicos como el Banco de Seguros del Estado y el Ministerio de Economía y Finanzas. Esto lleva a que mediante una misiva confusa del ministerio de trabajo y las fuerzas represivas, y en diálogo con su abogado los estudiantes acceden a desocupar las áreas que no tenían que ver directamente con el organismo de la enseñanza, y así  evitar un desalojo represivo en ese momento.

No importo nada, y así y con todas las demandas y señales de diálogos se comenzó firme y fuertemente a amedrentar a los ocupantes mediante gritos e insultos, sí, por parte de las fuerzas del orden y la seguridad. A pocas cuadras se estaba realizando una movilización por salarios de los sindicatos del transporte y allí acudieron militantes del sindicato del taxímetro, entre otros más de sindicatos de Profesores y Maestros, y más y más organizaciones y militantes que agotaron también su tolerancia al ver un brutal despliegue represivo contra la ocupación de muchachos y muchachas estudiantes de 16, 17 años, el gremio de la enseñanza media. Habían dicho que no desalojarían y de repente en un abrir y cerrar de ojos comenzó la represión, herramienta que bien le viene al gobierno en varios sentidos, entre otros para buscar culpables y comenzar la caza.

Y la solidaridad que es más que tinta en un papel puso firme su fuerza contra ese atropello. Si no hubieran estado allí estos sindicatos y gremios estudiantiles el resultado sería más lamentable aún. Si allí no se hubiera agolpado aquella muchedumbre que son más miradas y brazos, dispuestas a ver y controlar con otra cosa que no es más que Poder y Popular la represión que estaba el gobierno dispuesto a llevar adelante, si eso no hubiera ocurrido el campo estaría amplio y ancho, enteramente disponible para las bestias.

¿Quiénes son el GRT?, Una fuerza especial de choque, habrán varias y con cada gobierno inventarán otra más ética y más moral, y más republicana para enjuagar la imagen que el pueblo tiene de la policía y colocarla como incorruptible, democrática y leal. Pero popularmente son conocidos como coraceros. Nosotros que somos trabajadoras y trabajadores sabemos lo que son. Se conoce en toda la historia, pero particularmente a estos los conocemos levantando a los gurises y gurisas del barrio y dando palo en las comisarías. A esta fuerza la conocemos en los mega operativos que con las excusa de atacar al narco tráfico reprimen y apalean en los barrios donde vivimos, para encontrar 40 gr de marihuana. A estos los conocemos en las tribunas populares de los estadios dando palo y sable, gas y bala de goma contra las tribunas populares cuando la televisión no apunta. Y esos muchachos que ocuparon el CODICEN saben quiénes son estos también porque son muchachos de la educación pública y la lucha por su defensa.

El saldo de los forcejeos y apaleadas, de las pocas defensas que se pudieron ejercer para salir de esa bestialidad policial – coracera, fue de 12 compañeros presos con fuertes heridas, teniendo que ser intervenido uno de ellos por quebraduras en cráneo, más otras de piernas y brazos en otros compañeros. Tristísimo es que haya un disparate tan grande de diferencia de lenguas y lenguajes, por escribir de alguna manera, que desde un lado se reclama un justo diálogo y por el otro la respuesta es garrote y disciplina. Así hacen su democracia y su poder los de arriba, para eso están esos sillones, la policía y las cárceles.

La prensa amarilla, relamida por su status burgués, la misma que simboliza la lamentable periodista húngara Petra Lazslo que zancadilleara a un padre con su hijo, sirios y refugiados los dos, esa prensa colaboraría con otros garrotes. Son lo mismo acá y allá. Petra Lazslo, el diario El País y sus hijos devenidos en diferentes corsetes. Ellos salieron a atacar más que a la ocupación a la solidaridad. La culpa de las graves heridas, la represión, el terror infundido luego en todo el edificio contra la muchachada adolescente, los presos, y hasta el estado de la educación… de todo ello tendrían la culpa los sindicatos y sus militantes que concurrieron con sus fuerzas a trabar, a poner justa fuerza popular de solidaridad contra el evidente atropello represivo.

“La verdad”, la pura y exclusiva verdad sobre los hechos estaba encajada entre las opiniones de los diarios de la derecha y las férreas y tercas afirmaciones del ministro del interior quién se justificaba en filmaciones cortadas y manejadas, presentadas por los propios palo en mano. Sin abusos y dentro de lo normal fue el eje de la descripción, con todo lo viciado del asunto y justificando que no se golpeó a nadie porque las filmaciones de la policía no se lo mostraban, pero tampoco un mar de videos, fotografías y foto reportajes que han acompañado en buenísima parte las denuncias presentadas por maltrato. Eso no sirve como dato y como síntoma de sordera se arremete con leyendas anunciando que nada detendrá a la policía, que si se la agrede estará liberada a hacer los que sea “justo”. Esa luz verde como señal de confianza y buenos cimientos.

El corrugado camino de dimes y diretes del presidente de la Institución de Derechos Humanos y ex ministro de Interior Juan Faropa ha sido un entuerto en sí. La comunicación inmediata supuso una afirmación entera a lo sucedido y la forma de impartir el orden. Que todo sucedió con normalidad, que no existieron abusos con tan gigante miopía para ocultar lo flagrante. Ya existen hoy, a unos pocos días de esas palizas, producciones de video en redes y artículos en semanarios que confirmarían que Faropa reconoce ya en el lugar y momento de la represión los apaleos al abogado de los estudiantes y los abusos en general.

No tuvo en cuenta el ministro Bonomi, jamás, la voz de los sindicatos. Cerca de diez sindicatos y gremios estudiantil, todos los de la enseñanza más varios de otras ramas del trabajo que se fueron acercando manifestaron su total repudio a la represión desatada contra una justa lucha y colocando a la policía y al ministerio del interior como responsables de lo que allí sucedió. Las nuevas voces que se venían sumando no acumulaban la potencia necesaria para alcanzar el límite auditivo del poder ejecutivo, mientras éste continuaba arremetiendo contra los manifestantes.

Fue una constante agarrar el diario cada mañana o ver en el informativo las nuevas teorías y esquema de cómo las fuerzas del mal de los “ultra radicales” se organizaban y operaban. Una y otra teoría, todas las imágenes y videos se cortaban cuando comenzaba la guardia de coraceros a dar palo, más las producciones de recorte y pegue para decir la “verdad” del “gran hermano”.

Las listas y la luz verde para las detenciones ilegales.

Porque no solo con el tupé de detener y golpear compañeros, difamar y manosear lo sucedido, respaldar y felicitar el normal actuar de las fuerzas del orden, le bastó a esa arremetida tremenda contra la solidaridad mostrada por gente y compañeros y compañeras de abajo, trabajadores y trabajadoras, estudiantes, jubilados. No, no alcanzó, y comenzaron las citaciones a juez de los heridos de las palizas, de las personas que están denunciando que no se les prestó asistencia médica, a jóvenes con brazos quebrados, a compañeros y compañeras que se prestaron a sacar de aquel mar de palos, con los mecanismos que el impulso del momento les permitió, a varios jóvenes y adolescentes que eran reprimidos y perseguidos dentro del edificio del CODICEN.

En medio de las 3 citaciones legales se nucleó un buen número de compañeros y compañeras a las puertas del juzgado. Todo sería una jornada de solidaridad para con lo que se creía ya una alevosía. Pero no alcanzó con eso, la bestia iría por más.

Tal cual brigadas anti terrorismo, con pasamontañas, con vestimenta de particular y en autos comunes comenzaron las detenciones sin ningún papel ni orden oficial. Primero detuvieron a un compañero del  Sindicato del Taxi cuando con su compañera se dirigía a comprar algo para comer. Fue llevado a los servicios de inteligencia y de allí al juzgado, prácticas comunes luego que denotan la existencia de un plan, una lista y una impunidad tremenda para hacer a diestra y siniestra lo que entendiera necesaria.

Durante ese día también se intentó llevar detenido a un estudiante de la universidad frente a la concentración solidaria que se formó pero fue evitada por parte de los mismos manifestantes. Para el día siguiente son capturados de la misma forma dos militantes del sindicato del taxímetro también, uno de ellos cuando iba a trabajar y el otro compañero cuando se dirigía a la audición radial de su sindicato. Ya habían estado averiguando en los barrios, estaban buscando llevar de a goteo a militantes para procesar y mostrar así de forma más que autoritaria y arbitraria cuáles son los culpables.

Se llevan a más compañeros, y al finalizar la semana con un gran despliegue de cierre del paso con autos, pasamontañas, requisas de vehículos y más acciones propias de Hollywood que de un procedimiento contra gente desarmada que se dirigía a una asamblea, se llevan detenido al secretario general del Sindicato del Taxímetro.  Más de una decena de militantes, de la educación, del taxímetro, el abogado que hubiera sido apaleado, todos ellos procesados por Atentado Agravado, sin prisión y con un cumplimiento de 200 horas de trabajo.

Sin considerar la agresión sufrida, la desesperación al asistir a un escenario donde una bestialidad policíaca y represora asonaría contra una gremial estudiantil de secundaria, de adolescentes y jóvenes dispuestos a desalojar pacíficamente. Contra ellos y sin tener en cuenta las lastimaduras y heridas sufridas que no fueron provocadas por ángeles de las tinieblas sino por la guardia de coraceros a diestra y siniestra, contra la resistencia inmediata al ver que lo peor que pudiera ocurrir realmente iba acontecer, contra ese mecanismo hasta humanista se descargaron los fusiles del “atentado agravado”. ¿No será una legítima defensa?. Pero para ello habría que culpar a la policía, al agresor que agredió y lastimó, que quebró brazos y costillas y cabezas.

Pero nadie está solo, crecerá la solidaridad y a retomar la lucha por la educación.

La Institución de Derechos Humanos ya afirma que lo expresado por Faropa no es oficial y es personal, que no se harán cargo de ello ya que es evidente lo falaz de su contenido. El inmediato cerco de solidaridad prestado por varios sindicatos, y las movilizaciones, mítines, y escraches que se le han hecho a embajadas y consulados de Uruguay en la región y el mundo es una muestra.

Todo el tiempo un grueso número de compañeros y compañeras rodeó los juzgados por donde la justicia desfilaba a la compañerada. Las grandes movilizaciones por la educación y el cese a la persecución han tomado y crecerán en las calles. No son momentos para descarrilar el eje sabiendo que más solidaridad y lucha será necesaria para la educación que merece nuestro pueblo. También para continuar denunciando el apaleo y la represión de ese 22 de setiembre así como el desprocesamiento de los compañeros y compañeras. Hay un grueso caudal que ya ha salido a la calle y con represión más todas las trabas que quieran poner será necesario salir más y más en estas justas peleas.

La carestía cada vez campea más, los sueldos bajos son para sostener las ostentosas ganancias de los estancieros, industriales y transnacionales que están haciendo del Uruguay un churrasco para los buitres. Y si bien la mano dura está presente y firme debemos destacarnos la imbatibilidad de un pueblo fuerte. Un pueblo fuerte resistió el embate de la esencialidad, salió a las calles siendo 50 mil por la principal avenida. Un pueblo fuerte llevó a bambalinas al gobierno a repensar sus métodos y replantearse las formas de torcer la resistencia.

Será necesario seguir creciendo así, en solidaridad y prácticas que promuevan nuevas aspiraciones y abran nuevos caminos hacia una nueva cultura que pueda sobreponerse a la fragmentación de nuestras fuerzas. Un pueblo entero en las calles, en solidaridad en los barrios y haciendo una sola la lucha y los golpes hacia los de arriba. Porque nuestra resistencia sí serán golpes, sí serán embates a su status y bienestar.

No podrán con una fuerza popular que se nutra en sus semejanzas de clase y sus perspectivas de mundo nuevo, más aún en las luchas inmediatas que los colocan en un mismo surco. No se detendrá la resistencia ni se doblegarán las estrategias de expresión y emanación del Poder Popular, con independencia de clase en las asambleas y en el conjunto de las organizaciones del pueblo.

Porque nada será en vano con solidaridad y resistencia, de eso nos hablan miles de episodios en la historia desde Corea a Chicago, desde la Patagonia a la Siberia.

Por la lucha, la resistencia y la producción de Poder Popular.

Arriba los que luchan!.

 

federación Anarquista uruguaya

 

 

 

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