“Particularmente lo que nosotros pretendemos destacar y es el eje conductor de nuestro libro, el cual surge producto de las investigaciones del laboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del territorio del Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias. Nuestro objeto de investigación ha sido el Agua a través de los estudios en el ciclo hidrológico y en el ordenamiento ambiental del territorio en Cuencas Hidrográficas y que la definición política de los cuatro docentes autores del libro siempre fue tener el conocimiento académico al servicio de las causas populares y en este caso particularmente en el año 2002 cuando se conformó la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida reivindicando justamente que el agua es un bien y un servicio de la naturaleza ambientalmente vital y estratégico.
A lo que referimos es que el agua es la vida misma, es soporte de las actividades productivas, es necesaria para el mantenimiento de las sociedades y también es vital para el abastecimiento de los ecosistemas. Tenemos una lectura muy antropocéntrica de la naturaleza. O sea el hombre como centro y descuidamos que estamos inmersos en un ecosistema.
También el agua es necesaria para el funcionamiento de una naturaleza de la cual el hombre es parte.
De ahí la afirmación de que es un bien fundamental para el desarrollo de la vida en todas sus expresiones y que hay que verla en un marco global. No solamente como un recurso natural.
El agua tiene valor cultural, tiene valor histórico, valor social, tiene valor en la propia naturaleza por lo tanto no puede ser reducida únicamente a un bien económico porque contribuye a la producción pero no solamente desde esa perspectiva.
Si la vemos solamente como un bien económico es posible de ser apropiada, la apropiación puede ser colectiva o puede ser una apropiación privada.
En el caso de que sea una apropiación privada históricamente en la humanidad cuando un sector de la sociedad se apropia de un recurso excluye a las grandes mayorías y si esto ocurre con el agua condenaríamos a la muerte de las grandes mayorías que hoy en este sistema capitalista neoliberal somos las mayorías.
El agua segura es aquella cuya calidad desde un punto de vista físico y químico es posible, puede ser consumida por la sociedad y también en ecosistemas sin que afecte la salud y la calidad de vida.
La noción de agua segura está vinculada o ata dos conceptos claves que son el consumo de agua potable y el saneamiento que no se pueden separar. El saneamiento es la modalidad de cómo devolvemos el agua a la naturaleza después de haberla utilizado para poderla reutilizar sin que se degrade la calidad del agua a tal punto que el recurso quede totalmente muerto.
Lo que nosotros tenemos hoy en la actualidad que si bien los volúmenes de agua del planeta son constantes, o sea que no varían en volumen; el agua se empieza a transformar en un bien escaso porque la calidad, producto de los impactos de la acción antrópica con los recursos hídricos, va restringiendo cada vez más la oferta de agua para las sociedades y para los ecosistemas.
Hoy tenemos 1.200 millones de personas en un total de 6.000 millones, es decir un quinto de la población mundial, que no tiene acceso a agua potable y de ahí que el 80% de las enfermedades principalmente en lo que denominamos mundo pobre o mundo subdesarrollado sea la causa de enfermedades por la transmisión en el agua como vehículo de bacterias, virus, etc. Esto provoca una degradación en la calidad de vida.
Además en las zonas tropicales hay una tendencia a que el agua actúe como vehículo de enfermedades.
El total de las aguas continentales es del 2,9% y de ese 2,9% apenas no llegaría a un 1% del total de las aguas disponibles para el consumo humano y de los ecosistemas.
En el Uruguay lo que sobra es agua, es cierto no hay un rincón donde no haya un arroyito, un río, una cañada o incluso aguas subterráneas o sea una napa o un acuífero en el cual mediante una excavación superficial uno vea salir agua.
Eso es una potencialidad y una vulnerabilidad.
Como ventaja es que nos situamos en una muy buena posición a nivel continental y mundial. Somos el sexto país en América del Sur con disponibilidad de agua por habitante y además la tenemos muy bien distribuida y nos colocamos en el décimo segundo puesto a nivel mundial.
Qué pasa en otros lugares, Europa por ejemplo tiene muy comprometidos sus recursos hídricos superficiales y subterráneos. Tienen más de doscientos años de revolución industrial y de urbanización donde el saneamiento se volcaba el agua luego de ser utilizada con fines industriales o domésticos a la naturaleza fueron degradando de tal forma la calidad del agua que comprometieron hoy los recursos hídricos.
América del Sur en particular es el área geográfica que tiene mayor disponibilidad de agua por habitante.
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