El preámbulo de la represión mayor comienza en la madrugada del miércoles cuando son dispersados por granaderos gente que estaba acampando con fogones en torno al Filtro. A eso de las 17 y 30 horas los coraceros desalojan un campamento de jóvenes en la plazoleta ubicada en Cufré y Gualeguay. Pero la represión más dura comienza después de las 19 horas cuando patrulleros bajan por Boulevard Artigas y cargan sobre la multitud. Prácticamente bajan de los patrulleros tirando sobre la gente, los estampidos de balas cubren la noche.
Hubo lugares donde estuvo más álgida la represión, tal es el caso del entorno al SEMM donde fue herido Esteban Massa, enfermero que recibió un tiro en la espalda mientras asistía a un herido.
Otro punto de concentración represiva fueron los galpones de CUCTSA en donde mucha gente se había refugiado, ahí entraron los milicos dando palos y tirando con sus armas. Es, en ese momento, en la calle Cufré, donde es asesinado Fernando Morrone.
Más entrada la noche, mientras la represión seguía, es asesinado por la policía, Roberto Facal. Quieren hacer aparecer este asesinato como vinculado a un robo.
Un periodista que fue testigo de los hechos manifestó que: “la represión se concretó a la hora 19 y desde ese momento hasta las 22 y 30 horas el escenario fue dantesco, las calles se transformaron en territorio de nadie, de mi experiencia en este tipo de hechos fue la represión más atroz realizada en las calles de Montevideo”.
Una manifestante que fue herida de bala y que después tuvo que ser operada, declaró: “A eso de las ocho de la noche yo me retiraba de la manifestación, iba hacia Luis Alberto de Herrera cuando empiezan a bajar los patrulleros por Boulevard y los milicos a sacar sus armas y disparar como si fuera una película de guerra”.
Fue la mayor represión en “democracia”, la vez que mostraba sus garras al desnudo una bestia represiva políticamente mandada.
El saldo de esta masacre fue: dos muertos y centenares de heridos.
Mucha gente, especialmente jóvenes, enfrentó el malón brutal y respondió con piedras a los tiros de los milicos.
El entierro de Morroni expresó al tiempo que solidaridad el repudio de una multitud a esa política asesina. Mucha gente, una multitud acompañó los restos de Morroni, desde las bocacalles y las casas la gente expresaba su adhesión a esa marcha dolorida que cubría un amplio trayecto. Así fue hasta la llegada al Cementerio del Norte.
El día 26 de agosto el PIT-CNT decretó Paro General de 24 horas en repudio a este hecho represivo sangriento.
Por su parte el 29 de agosto la FUS realizó un acto y concentración frente a la Sociedad Española donde estaba internado el enfermero Esteban Massa.
El 7 de setiembre se llevó a cabo una interpelación a Gianola en la Cámara de Diputado. Gianola fue respaldado por el gobierno, quien le dio la orden de matar, y dicha interpelación no trajo consecuencias políticas. Gianola siguió en el Ministerio.
El 17 de septiembre los estudiantes de Secundaria convocan a una marcha en repudio a la brutal y asesina represión. La prensa hace terrorismo tratando de evitar esta marcha y diversos rumores corren sobre lo que podría pasar si se realiza. No obstante la marcha es grande, varias cuadras de gente está presente manifestando su repudio. Se quemó un muñeco que simbolizaba un milico Granadero y se corearon consignas como: “Contra la represión, lucha y organización”.
A un año de los acontecimientos del Filtro se realiza la primer marcha recordando a los compañeros caídos y repudiando la masacre. En esta primera Marcha, que fue convocada por la Asamblea Permanente de los DDHH, no participan como organizaciones ni el PIT-CNT ni el FA. No obstante sí participan algunos sindicatos.
Hechos como los del Filtro son de esos momentos en que la bestia sistémica muestra su verdadero rostro. Gianola en una reunión con representantes de los partidos tradicionales quería crear una Guardia Nacional nueva que se ocupara de la vigilancia callejera y dependiera directamente del Ministerio del Interior. Quiso hacer una especie de preestreno el día de la masacre del Filtro. Lacalle respaldó abiertamente en todo momento a Gianola y dijo que todo esto era en defensa de la Democracia. Pretendieron seguir con la escalada represiva cuando suspendieron por 48 horas a las radios CX 36 y CX 44, esta última fue finalmente clausurada.
Episodios como los del Filtro no deben ser olvidados sino por el contrario deben quedar grabados en la memoria colectiva para bien de un saber popular y para que nuestro mejores sentimientos de repudio a la injusticia no se adormezcan jamás.
Cuando se realizó la primer marcha en memoria militante por lo del Filtro ella contó con una gran concurrencia. Pero ese rescate de la memoria no contaba con unanimidad, ciertas direcciones políticas y sindicales querían el olvido. Por ejemplo, Baraibar, figura orgánica del FA manifestaba: “El 24 de agosto es una fecha desgraciada pero es una fecha para olvidar”. Los crímenes contra el pueblo nunca deben ser olvidados ni perdonados.
Desde hace casi diez años la marcha se mantiene y es mucha la gente que espontáneamente concurre a ella. Esto pese a que no son pocos los que desean que todo recuerdo combativo desaparezca de la escena social.
Hoy a diez años de la masacre del Filtro debemos redoblar esfuerzos para que estos hechos se recuerden para la historia de la infamia y porque nunca sean olvidados aquellos hijos del pueblo que regaron con su sangre generosa luchas solidarias y por un mañana mejor.
Con el recuerdo y la resistencia siempre, con el olvido nunca.
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