CARTA OPINIÓN FAU / MARZO 2025

Ha asumido un nuevo gobierno, retorna el progresismo, se va la derecha. Es un cambio en la administración del Estado por los próximos cinco años, no es un cambio en el poder. El poder está en las mismas manos, los grandes capitales, la gran burguesía, la cúpula de las FFAA, la banca, la derecha política y el papel de las potencias imperiales. De todos modos, no hay discontinuidad en las políticas en lo general, más bien como analizaremos más abajo, hay continuidad en los grandes temas. En sucesivas Carta Opinión iremos analizando la coyuntura y viendo cada uno de estos aspectos y las luchas del pueblo.

El sector político del presidente Orsi es mayoritario dentro de la fuerza de gobierno, una mayoría casi aplastante y que marcará también algunas improntas. Puede haber algunas mejoras en lo económico, pero no mucho más. Mejoras, no grandes cambios. Mejoras en el marco de una etapa mucho más limitada que en la anterior de los gobiernos progresistas. Mejoras que serán en base a lo que sobre de las ganancias capitalistas que el nuevo gobierno debe garantizar. Mejoras que como los y las de abajo bien sabemos, hay que arrancar con lucha.

El agua y el medioambiente: objetivos de los capitalistas

Un nuevo día internacional del agua nos encuentra en la calle movilizados, en defensa de tan fundamental recurso para la vida. Ya van más de 20 años desde la aprobación de la Reforma Constitucional impulsada por un amplio abanico de organizaciones populares y pocos han sido los avances en la materia, al contrario, han sido importantes los retrocesos y, por tanto, los avances voraces del capital trasnacional para controlar el agua.

Hace menos de dos años padecimos una de las más brutales sequías conocidas y faltó agua potable en Montevideo, el área metropolitana y varias ciudades del país. “No es esquía, es saqueo” fue la consigna levantada en ese momento, consigna por demás correcta, porque da cuenta de la expoliación sistemática a que es llevado nuestro territorio desde la ley forestal de 1987. Un país donde más de 1 millón 300 mil hectáreas están forestadas con eucaliptus (árbol que absorbe demasiada agua secando la tierra, napas subterráneas y cursos de agua dulce) para la producción celulósica de empresas multinacionales es la cara más visible de la depredación. Sumado a ello, esas plantas pasteras consumen cantidades inimaginables de agua a diario contaminándola, por más tratamiento que le hagan. Están previstas más plantas de celulosa; en un inicio allá por el año 2003 se hablaba de 7 plantas. Un verdadero disparate.

Si bien uno de los grandes responsables de este saqueo es el modelo forestal -celulósico, también lo es el sojero y la agricultura transgénica a gran escala. Los cursos de agua también están siendo contaminados con agrotóxicos que escurren a los cursos de agua y penetran en los suelos. Lo vemos en la floración de cianobacterias en los ríos y costas, último ejemplo en el norte del Río Uruguay y cómo afecta a la fauna nativa.

Hoy estamos ante una posible nueva falta de agua potable, debido a las escasas lluvias, pero por sobre todo a este problema estructural: el modelo productivo forestal -celulósico -sojero es quien está depredando nuestros suelos, nuestro hábitat y robándose

el agua. En un país considerado internacionalmente como privilegiado por su extensa y rica red hídrica que falte el agua potable es un crimen. Y el criminal se llama capitalismo. Y el sistema capitalista en esta etapa está saqueando el mundo.

Uruguay, territorio ganadero desde la época colonial, ha profundizado el extractivismo desde 1987 con la ley forestal. De allí en más, instalación de plantas de celulosa, soja y etc., ha sido parte de las políticas de los sucesivos gobiernos de todos los colores, donde incluso los gobiernos del FA que en un primer momento dijeron estar en contra de las pasteras, luego apoyaron su instalación, debido a que movía la aguja del Producto Interno Bruto y generaba empleo durante la construcción. Es decir, el sistema político en su conjunto hace acuerdo con este modelo y su permanente desarrollo.

En este sentido, este saqueo va camino a profundizarse. Las empresas y el gobierno proyectan continuar forestando, expandiendo la superficie sojera, sobre todo, atender a algunos proyectos que claramente benefician al capital extranjero y nacional: el data center de Google, el proyecto Neptuno y la explotación de hidrógeno verde. Los tres proyectos vinculados al uso y manejo del agua.

El data center de Google ya está en fase de inicio de obras. Se desembolsarán 850 millones de dólares en una zona franca ubicada en la ruta 101, departamento de Canelones. Es decir, tendrá exoneración impositiva. Por otro lado, el hidrógeno verde está en fase de exploración y comercialización (exportación a Europa), principalmente en el norte del país y en cuanto al proyecto Neptuno ha sido recientemente firmado el contrato con las empresas que harán la obra y ganarán millones de dólares por un embalse de agua salobre. Es una inversión que implica 890 millones de dólares y que compromete otras inversiones en materia de aguas.

Las empresas que se benefician son Saceem, empresa constructora de porte y Berkes, empresa que se ha desarrollado en el rubro de la construcción y la ingeniería, cerrando hace más de una década los talleres metalúrgicos en nuestro país donde se fabricaba equipamiento industrial y dejando a cientos de trabajadores en la calle. Ambas empresas de capitales nacionales, se han convertido en verdaderas trasnacionales con desarrollo de proyectos e inversiones en distintas partes del mundo. El Estado uruguayo de esta forma, hace más ricos a los millonarios locales que viven del mismo Estado -ganan licitaciones de obra pública, por ejemplo, en Ancap o la obra del ferrocarril Central- al que después critican por los “elevados costos” de las políticas sociales. Claro, mientras el Estado pague como cliente con el dinero de todos los uruguayos no hay drama para estos capitalistas. Aparecen en el proyecto otras dos empresas, Ciemsa y Fast. Estas empresas no solo van a construir la obra del embalse, sino que la van a administrar de hecho por un buen tiempo, recibiendo un canon por ello, de 50,8 millones de dólares anuales. Es la privatización del agua lisa y llana, violando y desconociendo el pronunciamiento popular del plebiscito del año 2004.

Pero, además no se garantiza el correcto abastecimiento de aguas a Montevideo y el área metropolitana, no cubre el incremento del consumo de aquí a 20 años y tampoco cubriría en forma eficiente situaciones de emergencia como las vividas en 2023.

A todo esto, debemos sumar la especulación inmobiliaria. Varios incendios en la zona costera de Canelones han sido provocados en años anteriores con la finalidad de construcciones suntuosas, barrios privados para la burguesía. Otro tanto ocurre con el

proyecto inmobiliario sobre Laguna del Cisne, donde además se encuentra la toma de agua de Ose para la zona costera. El proyecto prevé construir un barrio privado sobre el lago y en las áreas circundantes al mismo, tal como se ha hecho en los lagos cercanos a la zona del Aeropuerto. La burguesía compra tierra, construye sus barrios privados, se encierra y todo eso sin importarle el medioambiente ni el resto de la sociedad.

También peligra el cangrejal en el balneario Las Vegas sobre el arroyo Solís Chico, que gracias a la movilización de los vecinos organizados se ha frenado por el momento un inmenso proyecto de barrio privado de la empresa La Tahona.

Por otro lado, en Empalme Olmos quieren ubicar un inmenso basural que contaminaría todo el entorno y los cursos de agua y napas de la zona. Hay también respuesta organizada de los vecinos contra el megabasurero.

Algunos de estos proyectos han contado a su favor con la negligencia de las autoridades de turno, que en algunos casos los firmaban y aprobaban a tapas cerradas, sin conocimiento del mismo.

Los recursos para la burguesía

El dinero para los capitales está asegurado en estas inversiones y también los recursos y bienes naturales. El agua y la tierra se convierten en un negocio de privados, su manejo genera lucro y, por lo tanto, deja de ser considerada un bien esencial para la vida para ser un bien comercializable sin más, a valores de mercado.

Uruguay se consolida como “potencia” en el mercado de aguas a nivel internacional con la venta de hidrógeno verde, que no es más que agua utilizada para generar combustible. Y esto habilita a cualquier otro tipo de proyectos que directamente se lleve el agua como bien exportable.

También se ha relanzado la exploración de aguas territoriales para la búsqueda de petróleo, luego de los hallazgos en Namibia, África del Sur. Dicha exploración se realiza con un método por demás agresivo para la fauna y flora marina, generando un impacto altamente negativo para la pesca, sector que atraviesa una importante crisis -generada por la falta de inversión de los patrones-, pero es un sector intenso en mano de obra. El trabajo se ve afectado por estas exploraciones que, de hallar petróleo, beneficiarán por varias décadas a grandes multinacionales petroleras europeas y norteamericanas.

Este saqueo organizado es parte de la expansión del sistema capitalista en esta etapa, es parte de lo que el sistema como tal -y en especial- las empresas necesitan para su desarrollo. Su “plan de negocios” abarca la naturaleza en forma despiadada, condenando a morir de hambre y sed a quien no pueda pagar. Ese “plan de negocios” no tiene en cuenta la reproducción y los ciclos de la naturaleza y la vida, tampoco las fuentes de trabajo. No les importa destruir el planeta -en este caso el Uruguay- con tal de facturar millones. Es el capitalismo en su máxima expresión, desnudo, sin tapujos, sin frenos. Avance neoliberal atroz, quita de derechos, menor gasto e inversión social y más para los capitalistas. Esta es su lógica.

Todo ello articulado a una situación de dependencia política y económica del Uruguay respecto a los centros de poder mundial. Un neocolonialismo que posibilita el despliegue capitalista en este momento histórico. Sino no sería posible este saqueo.

Agua, petróleo, bosques, zonas ricas en biomas, tierras, son “oportunidades” de inversión para los capitalistas criollos y extranjeros. Reiteramos, sin reparar en la conservación de la naturaleza y la reproducción de la vida natural, incluyendo la humana. Ya vemos los altos niveles de contaminación y la cada vez mayor segmentación social, el aumento de la pobreza extrema y el no acceso al trabajo ni a una vida digna de gran parte de la sociedad uruguaya. La naturaleza está siendo privatizada como parte de este proceso de saqueo.

Está en juego la vida y el ataque a las organizaciones de clase. Conflictos sindicales ante la avanzada patronal

El capitalismo es un sistema ecocida, además de opresivo en su máxima expresión y genocida, tal como vemos en estos momentos en Palestina o en el Congo, donde también hay ambición de grandes empresas y Estados por recursos.

Si la contaminación y el destrozo del medioambiente se profundiza, será muy difícil sostener la vida y la sociabilidad humana con cierta decencia. Por ello, la lucha contra estos proyectos y esta expansión del capital además de ser una lucha contra el despojo y la ambición de los de arriba, es una lucha por la vida.

Un sistema ecocida y que empuja a millones de seres humanos al hambre, a la desesperación, a la barbarie, debe ser combatido en todos sus planos. Y en esta dimensión, la lucha ecológica y por la vida es una de ellas.

Es importante destacar las experiencias organizativas de los vecinos de distintas zonas, algunas de ellas ya llevan unos años, caso del arroyo Pando y Laguna del Cisne. También hay importante organización entorno a la agricultura ecológica. Todas estas experiencias deben potenciarse y recibir el apoyo del conjunto de organizaciones populares en el marco de una lucha conjunta en defensa de la vida.

Es por ello que debe colocarse en discusión el tema de la gestión social y popular de la naturaleza, es decir, la autogestión de la misma. La participación plena de la gente y de las organizaciones populares en el ordenamiento y uso del territorio y de los recursos que allí existen. Algo quedó plasmado en la reforma constitucional de 2004 con las comisiones de cuenca, que prácticamente no se cumple, excepto en honrosos casos.

La naturaleza dejada en manos de los burgueses y el Estado está en venta y explotación hasta el hartazgo. Solo la lucha popular y la organización del pueblo pueden revertir el desastre que se está generando en nuestro país y que pagamos y padecemos las clases populares. Es necesario avanzar en esta lucha y en experiencias organizativas que permitan poner freno al despojo y prefigurar autogestión del territorio y de la vida.

El capitalismo es un sistema de muerte, la burguesía una clase genocida y ecocida. El futuro debe ser de las clases populares, de las clases oprimidas. Esta lucha ecológica así planteada es una lucha por una sociedad diferente, socialista y libertaria.

Por otro lado, en el plano sindical se realizó un paro general parcial en solidaridad con los conflictos. Se pierden fuentes de trabajo, se pierden puestos de trabajo y el sector empresarial con total impunidad desarrolla una política represiva contra los sindicatos y sus organismos de base.

Este tema debe tener centralidad en nuestros ámbitos cotidianos en el sentido de colocar medidas para enfrentar esta situación y frenarla. También debe tener centralidad en los diferentes ámbitos de la convención que se desarrollen. No permitir que los conflictos queden aislados y sean derrotados. Debe germinar un plan de lucha que unifique los conflictos, plan de lucha que contenga diferentes medidas y sea abordado por el conjunto del movimiento popular hasta lograr frenar esta avanzada que no ha terminado y seguirá expresándose con despidos, represión y caída de fuentes de trabajo.

Sabemos que no alcanza con movilizaciones aisladas fuera de un plan general, por eso es imprescindible ganar la calle de diferentes formas logrando un grado alto de movilización popular y adhesión militante. No debemos abandonar la calle. Sabemos que nunca nos regalaron nada y que cada mejora fue arrancada con lucha.

Tenemos por delante varias luchas centrales para nuestro pueblo y debemos llegar con herramientas fortalecidas. No por nada los golpes los desatan en estas horas, se viene consejo de salario, lucha presupuestal, de vital importancia para la salud, educación, vivienda.

CONTRA EL AVANCE DEL CAPITAL Y SU ESTELA DE MUERTE

¡¡LA RESISTENCIA POPULAR ES VIDA!!

¡¡POR LA CONSTRUCCIÓN DE PODER POPULAR!!

¡¡ARRIBA LOS Y LAS QUE LUCHAN!!

FEDERACIÓN ANARQUISTA URUGUAYA

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